Pese a que las condiciones del Ambulatorio Doctor Daniel Camejo, mejor conocido como el ambulatorio del Obelisco, no son distintas a las del Hospital Antonio María Pineda y se replica la falta de insumos básicos para atender a los pacientes, el personal médico, de enfermería y obrero, se esmera en su trabajo, aunque el sueldo que perciben no se corresponda con la delicada labor que realizan y su tarea sea cada vez más cuesta arriba.
En este centro de salud se le pide a los pacientes donaciones de productos de limpieza como jabón, cloro y desinfectante, para poder mantener limpio el recinto, al menos en su mínima expresión. Además de estos productos, deben comprar lo básico para que los atiendan, como gasas, guantes, inyectadoras y soluciones, tal como sucede en los hospitales grandes de Barquisimeto y el país.
En una visita a este centro de salud, Elimpulso.com pudo conocer que ninguno de los insumos antes mencionados, existe en la emergencia de este ambulatorio, donde, además, está cerrada la unidad de cuidados para pacientes con pie diabético.
Por otra parte, el pabellón se cerró hace siete años por averías en los aparatos médicos. Desde entonces se dejaron de hacer intervenciones relacionadas con fibroadenomas, esterilizaciones, hernias, curetajes, entre otros procedimientos.
Ginecología sin herramientas
Pacientes que aguardaban frente a la entrada del referido centro de salud declararon a Elimpulso.com que en virtud de la falta de insumos, los médicos se ven en la obligación de pedirles que lleven los implementos y soluciones para que los puedan atender.
Un fijador para citologías y dos pares de guantes quirúrgicos no pueden faltar entre los artículos que debe cargar una mujer que acuda al ambulatorio del Obelisco, para hacerse su examen de rutina.
Una paciente que pidió resguardar su identidad, gastó 50 mil bolívares en dos pares de guantes y 90 mil bolívares en el fijador para practicarse la citología, lo que representa 15 días de trabajo para una persona que gana sueldo mínimo.
La situación de los centros de salud es crítica, por cuanto las dotaciones se han vuelto cada vez más ínfimas, mientras que a los especialistas de la salud no les alcanza el sueldo para pagar pasajes y comprar comida.