Hace 61 años, Venezuela fue capaz de construir la democracia cuando se firmó el Pacto de Punto Fijo. Después de cuatro décadas fue capaz de perderla.
Al hablar sobre este tema, en el foro efectuado en la Universidad Fermín Toro sobre Democracia y libre empresa, la politóloga Colette Capriles, dijo que ahora queda la compasión.
La democracia se ha caracterizado por su fragilidad, porque siempre ha estado bajo acoso de fuerzas autoritarias.
No somos los únicos que hemos perdido la democracia y la recuperación de la misma es difícil.
Cuando se firmó el Pacto de Punto Fijo la sociedad era diferente a la existente hoy. Los partidos políticos eran instituciones que le importaban a los votantes.
La democracia es deliberadamente frágil y sólo adquiere fortaleza cuando se cree en ella.
La dictadura ofrece seguridad, distinto a la democracia en la cual no sabemos qué puede pasar.
Es por ello que tiene que ser un sistema de reglas, para impedir que el poder se acumule, incluso en el propio pueblo. Tiene que establecer límites. Debe haber una separación entre Estado y sociedad.
La politóloga manifestó que la primera democracia, la ateniense, puso como condición la alternabilidad. La población tenía que reunirse en asambleas constantes, en las cuales eran escogidos los gobernantes, pero éstos tenían luego que ser gobernados. Y eso hacía que quien llegaba al poder tenía que hacerlo bien, porque luego debía ser gobernado.
Los romanos decidieron tener un dictador para resolver las crisis, pero una vez resuelta, volvían a ser ciudadanos sin poder.
En una democracia nadie sabe quién va a ganar unas elecciones, porque si se supiera, no habría que elegir. Ni siquiera las encuestas pueden precisar al ganador.
Insistió en que la alternabilidad es lo que le da vigor a la democracia, pero también indicó que el ciudadano es quien debe creer en ella para no perderla.