La policía brasileña allanaba el viernes oficinas vinculadas con un barco de bandera griega sospechoso de ser el responsable del derrame de petróleo que afecta a más de 280 playas del litoral nordeste.
La operación, coordinada por la policía y el Ministerio Público Federal, se realizaba en una agencia marítima y en la sede de una empresa Río de Janeiro, informó el Ministerio Público en un comunicado.
No hay “indicación de otro barco” como posible responsable de haber descartado el crudo, agregó el comunicado que citó una conclusión de la Dirección de Inteligencia de la policía basada en informaciones de la Marina.
De acuerdo con las autoridades, el barco que está en la mira estuvo varado en Estados Unidos cuatro días debido a fallas en el sistema de separación de agua y crudo para descargar en el mar.
Un estudio de laboratorio realizado por la empresa Petrobras ya había identificado que el petróleo provenía de tres campos petrolíferos venezolanos, pero se desconocía cómo había llegado al mar. Régimen de Maduro negó que el petróleo sea de pozos de Venezuela.
La policía identificó una imagen satelital del 29 de julio en la que aparece una mancha de petróleo a 733 kilómetros del estado nordestino de Paraíba.
Luego de un análisis del tráfico marítimo, la Marina detectó que el barco de bandera griega navegaba en la región donde surgió la mancha transportando crudo de Venezuela que tendría como destino final Sudáfrica, de acuerdo con un comunicado de la fuerza.
En un primer momento el gobierno brasileño especulaba con que el derrame había sido causado por un barco “fantasma”, que navegaba con el sistema de localización apagado. Sin embargo, esa hipótesis quedó relegada.
Las autoridades buscan determinar si el derrame fue accidental o intencional y conocer con exactitud las dimensiones de la mancha.
Hasta el jueves, 286 playas del litoral nordeste desparramadas a lo largo de más de 2.000 kilómetros de costa habían sido afectadas por las manchas de crudo.
Expertos ambientalistas y organizaciones civiles como Greenpeace reprocharon la manera en que el gobierno enfrentó el derrame, acusando una supuesta falta de planificación y de rapidez para mitigar el impacto del considerado mayor desastre ambiental en la historia de Brasil.
La televisión local mostró en las últimas semanas a muchos voluntarios quitando el petróleo de la arena en las playas afectadas, muchas veces sin supervisión del gobierno ni equipamiento adecuado.
En abril, el presidente Jair Bolsonaro extinguió comités y otros organismos que colaboraban con los ministerios en la elaboración de políticas públicas. El corte afectó a un comité que había preparado un plan nacional de contingencia ante posibles derrames de crudo.
Según el prestigioso científico brasileño Carlos Nobre, cuando el petróleo comenzó a aparecer en las playas cuatro meses después quedó demostrado el error del gobierno.
El “desastre ambiental” de proporciones “inconmensurables” alcanzó desde fines de agosto estuarios, manglares y desembocaduras de ríos en todo el nordeste generando perjuicios para la actividad pesquera y turística, según el Ministerio Público.