Las universidades están experimentando con nuevos modelos de sostenibilidad económica, para desarrollar fuentes propias para sufragar las necesidades que hoy no se puede atender, ante la privación de recursos, las amenazas y presiones de todo tipo, por parte del Estado venezolano.
Así lo hicieron saber los representantes de la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar, la Monteávila y la UCAB, durante el foro “Financiamiento de la Universidad en tiempos de crisis”, que se realizó en la sede de la institución de educación superior jesuita, con motivo de su 66 aniversario.
En el encuentro, los participantes coincidieron en que las instituciones de educación superior no pueden morir y están procurando su supervivencia con el concurso de toda su comunidad.
Como anfitrión, el rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso, agradeció a Amalio Belmonte (secretario de la UCV), Mariella Azzato (vicerrector administrativa de la USB) y Carolina Arcay (vicerrectora administrativa de la Monteávila) la reflexión y el mensaje de unión “que significa concebir a la universidad como una institución que nos abarca a todos, públicas y privadas unidas, tenemos que defender a la universidad como el espacio de todos”.
“A las universidades nacionales les decimos: estamos con ustedes. La intervención de la autonomía universitaria es un problema de cada uno de nosotros y juntos iremos donde sea a defenderla. El reto de la sostenibilidad es realmente el reto de todas las universidades. Si logramos ser sostenibles podemos salir adelante”, precisó el rector de la UCAB.
La economista Tamara Herrera, presentó un panorama de la economía venezolana en las últimas dos décadas y señaló la importancia de entender que el petróleo “ya no es suficiente para soportar el crecimiento” y que los venezolanos, incluyendo las universidades, deben reinventarse para sobrevivir. Mientras que el secretario de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Amalio Belmonte, cuestionó la política del gobierno que desprecia el conocimiento y se limita a contabilizar cifras ficticias de inscritos, sin ocuparse de la situación socio económica que impide a los jóvenes ocupar los pupitres que les asignan y realmente aprender.
“Lo que le interesa al gobierno es transformar al sistema universitario en un inmenso aparato ideológico, donde no importa la calidad sino la adscripción, para construir un mundo poblado de silencio frente a lo que está pasando. En ese sentido ha sido muy eficiente”.
“La universidad del país rentista se acabó” Mariella Azzato, vicerrectora administrativa (e) de la Universidad Simón Bolívar (USB), , afirmó que el gobierno ha sometido a esta institución a una “desinversión programada”, siendo que 98% de su presupuesto depende de las asignaciones del Estado y de eso, 87% es para pago de personal y solo 1% corresponde a inversión académica. “Nos dejaron sin trasporte, sin comedores, sin becas, sin preparadurías, sin inversiones universitarias”.
Universidad privada también en crisis
La vicerrectora administrativa de la Universidad Monteávila (UMA), Carolina Arcay, se refirió a las amenazas constantes de los organismos del Estado, como la SUNDDE y el Seniat, contra las universidades privadas, así como las restricciones parecidas a las de las universidades públicas, ya que les niegan la apertura de nuevas carreras.
En el caso de la Monteávila, señaló que también han tenido que “reinventarse para conseguir los fondos necesarios, y que muchos de los renglones que deben atender están impactados por la dolarización, mientras que a las universidades se les niega acceso a divisas”. Señaló que las instituciones deben seguir cumpliendo su compromiso, para lo cual requieren “adecuación y flexibilidad