#OPINIÓN Cronicario: Armando Molero amenizó con su hermosa trova regional «el almuerzo de los marabinos» #22Oct

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A las primas Esthela y Zenda, a mis zulianos.

Apurate mijita, poné los plátanos y rayá el queso que ya viene Armando Molero, decían las matronas y otros exagerados decían que sus canciones les abrían el apetito al aproximarse el espacio en vivo de media hora con sus seis canciones de la regionalidad acompañadas con su guitarra.

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Con su instrumento acostumbrado al pecho y frente al micrófono en el Maracaibo de la década de los cincuenta no hacía falta reloj para saber que era mediodía, al escuchar la música instrumental entonada para iniciar su programa mientras el olor del plátano maduro se colaba entre las casas del Saladillo y el Empedrao con las canciones del trovador que aderezaban el almuerzo de los radioescuchas, quienes esperaban con ansias el inicio del espacio de media hora entre las doce y las doce y media.

Basta escuchar sus canciones grabadas en la radio, presentaciones en vivo, para entender el profundo amor de este cantor popular para dibujar y trazar en los versos fecundos de sus canciones la historia de las tradiciones de la capital zuliana y gracias a él perviven, aunque a duras penas, algunos géneros de la zulianidad como la danza, la contradanza, el bambuco, la décima y el vals sobresaliendo con gran vigor la gaita.

Para el gaitero Abdénago Borjas don Armando Molero fue en su momento “el más grande cantautor popular de Maracaibo y la referencia musical más importante del Zulia y cuando cantaba en la radio todo el mundo lo escuchaba y se sabía sus canciones”.

Contaba su esposa Josefina Leal de Molero que se creó entre los marabinos una suerte de lotería de apuestas y “las ganaba quien acertaba el orden de las canciones que cantaría durante el programa y más de una vez se cayeron los cuadros cuando metía algún estreno”.

Según el historiador Kurt Nagel “al pueblo le encantaba porque tocaba y cantaba para ellos con el alma, era un cantor popular, nada refinado, pero muy nuestro, muy folklórico y sentimental. Muy romántico”

Finalizaba el siglo XIX, el 20 de enero de 1899 en el barrio marabino de El Milagro abrió los ojos por primera vez Armando Segundo Molero, quien en el transcurso del tiempo se convertiría en el trovador marabino de la zulianidad, guardián de las tradiciones y cronista musical de su Tierra del sol amada, como la bautizara el poeta Udón Pérez en hermoso canto a su Maracaibo mía.

Muy temprano Armado aprendió en forma autodidacta a tocar la guitarra y a serenatear siendo adolescente y también muy temprano entró a la radio como músico y cantante en la radioemisora Ondas del Lago, donde habría de difundir sus más hermosas expresiones. Más tarde se juntó a César Villalobos en el Dueto Maracaibo actuando en la Radiodifusora Maracaibo, con tanto éxito que salieron a la capital, contratados para Radiodifusora Venezuela y la Broadcasting Caracas, en los años treinta, hasta su regreso para dedicarse a la radio en su tierra natal. Siempre me preguntan porque lo nombro con frecuencia, pues gracias a él aprendí hermosas lecciones de sentir regional expresadas a través de la radio y comento a mis alumnos de la universidad cómo se convirtió en el reloj de Maracaibo que a las doce del mediodía marcaba la hora del almuerzo.

A Molero se le conoce como cantante, guitarrista y compositor popular pero yo le agrego poeta por su belleza y calidez de su verso marabino, armado con talento y gracia en sus variadas composiciones donde también había sus inteligentes toques de humor y bien vale la pena entrar a los archivos musicales de Internet para disfrutar algunas de sus más sentidas y alegres piezas, otras de fina agudeza como Una flor, La tarde, La suegra, Con el sombrero en la mano, El hijo ausente, El estudiante, El beodo.

Otras muy conocidas como Destello de amor popularizada por el tenor Jesús Sevillano quien también grabó la fina pieza Tu boca grabada más reciente por el tenor barquisimetano Aquiles Machado con la guitarra de Aquiles Báez. Para el gaitero Abdénago “neguito” Borjas, “Armando Molero fue la referencia musical más importante del Zulia en su momento. Cuando cantaba todo el mundo lo escuchaba y la gente se sabía sus canciones”.

Se le identifica como el más grande cantautor popular de Maracaibo, a la que compuso hermosos y sentidos temas de amor por el terruño, con un estilo único para la difusión de géneros autóctonos, reseñado en el Diccionario General del Zulia por Luis Guillermo Hernández y Jesús Ángel Parra.

Su llama luminosa para cantarle a Maracaibo, a su lago, a su gente, a la cotidianidad se extinguió el 5 de febrero de 1971, cuando acababa de cumplir 72 años, dejando un valioso legajo de amor por la zulianidad, de la cual fue un enamorado a la que le cantaba con su guitarra serenatera que cargaba siempre consigo como parte de sus extremidades y así se sentaba en el estudio da radio, con ella entre sus brazos para cantarle a los marabinos sus temas más sentidos a la hora del almuerzo.

Tu boca, don Armando Molero, canta Aquiles Machado en la guitarra de Aquiles Báez

Juan José Peralta

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