El presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, viajó el lunes a Barcelona, capital de Cataluña y escenario de grandes protestas en los últimos días, para visitar a los policías heridos en choques con independentistas y reunirse con los responsables de seguridad.
Los choques entre separatistas y policía remitieron durante el fin de semana tras cinco noches consecutivas de disturbios en Barcelona y otras ciudades catalanas. Los incidentes violentos siguieron a enormes marchas pacíficas en Cataluña de gente molesta por el veredicto del Tribunal Supremo español, que condenó a nueve líderes separatistas a penas de prisión por el fallido intento de secesión de la región en 2017.
En las protestas resultaron heridas 593 personas, según las autoridades regionales. Casi la mitad de ellos son policías, y 14 siguen hospitalizados. En total han sido detenidas 194 personas.
Sánchez aspira a la reelección en los comicios del 10 de noviembre.