«Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite», dijo el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, el pasado domingo, refiriéndose a los violentas protestas que, hasta este lunes, han dejado un saldo de 11 fallecidos, buena parte de la red del metro de Santiago destruido y docenas de supermercados y locales comerciales saqueados.
El mandatario consideró que este lunes será indía difícil y aseguró que en su gobierno están «muy conscientes» de que los autores de las protestas, «tienen un grado de organización, de logística, propia de una organización criminal”.
El suceso más reciente se registró la tarde del domingo en la comuna de La Pintana, al sur de Santiago de Chile. Ocurrió un incendio en un local de Construmart, donde recién por la noche se encontraron dos cuerpos calcinados. Las autoridades aún no han identificado a las víctimas y se desconoce si trabajaban en el lugar o estaban saqueándolo.
El País reseñó en su portal que, aunque el Gobierno renunció a subir el precio del pasaje en el metro, medida que desencadenó las protestas, la violencia no había cesado al menos hasta la noche de este domigo 20 de octubre.
La capital chilena y otras cuatro regiones siguen bajo toque de queda, que prohíbe el tránsito libre desde las siete de la tarde a las seis de la mañana.
Piñera se reunió con los militares que tienen el control de cinco regiones del país, luego del decreto del Estado de emergencia del viernes.
Acompañado del ministro de Defensa, Alberto Espina, y del jefe de la Defensa Nacional, general Javier Iturriaga, el mandatario chileno calificó al enemigo como «dispuesto a quemar los hospitales, el metro, los supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible”.
Como el Gobierno parece convencido de que se trata de grupos organizados para sembrar el caos, Piñera afirmó: “Están en guerra contra todos los chilenos que quieren vivir en democracia”.