Bolivia realiza este domingo 20 de octubre unas elecciones generales en las que el actual presidente Evo Morales se juega su futuro con la popularidad mermada tras casi 14 años en el poder.
“Convoco a los ciudadanos y a los partidos políticos a asumir con responsabilidad sus deberes para llevar adelante una jornada pacífica”, dijo María Eugenia Choque, presidenta del Tribunal Supremo Electoral.
Más de 7 millones de bolivianos están llamados a votar en 12.163 mesas de sufragio. La jornada electoral concluirá tras ocho horas de votación.
El mandatario de 59 años, que busca su cuarto mandato al frente de su partido Movimiento al Socialismo (MAS), ha sufrido una caída de su popularidad. Su rival más cercano es el expresidente Carlos Mesa (66 años), líder de la alianza de centro Comunidad Ciudadana.
Morales llega desgastado por escándalos de corrupción y por haber desconocido el resultado de un referendo que le dijo “no” a una nueva reelección.
Las encuestas preelectorales proyectan como favorito para ganar en primera vuelta a Morales; Mesa llegaría como favorito a un eventual ballotage ante la posibilidad de que se una el voto opositor.
En los comicios también se renovará la Asamblea Legislativa de 130 diputados y 36 senadores. De acuerdo con las proyecciones, el gobernante MAS podría perder los dos tercios de voto que tiene actualmente.
El Tribunal Supremo Electoral debe entregar resultados finales en siete días, pero el domingo dará a conocer conteos rápidos.
En caso de segunda vuelta entre los dos más votados, ésta se celebrará en diciembre en fecha aún por definir.
La campaña electoral ha sido en general tranquila con aislados enfrentamientos callejeros como el del martes cuando militantes opositores chocaron con la policía y seguidores de Morales, en un mitin de éste, en la ciudad oriental de Santa Cruz, bastión opositor.
Un total de 238 observadores internacionales, la mayoría de la Organización de Estados Americanos vigilarán los comicios.