Cuando me arrolló el autobús de Transbarca andaba trotando. Haciendo ejercicios por el centro de la ciudad, por el canal de circulación oeste-este de esta empresa estatal del transporte colectivo. Siempre hemos pensado que es una vía segura para caminar y correr. Tengo el privilegio de pertenecer a la familia RUNNING. Somos todos aquellos que practicamos regularmente las carreras de calles. Somos maratonistas. Corredores. Es un estilo de vida que va de la mano con lo que Dios espera del ser humano y en especial de sus hijos, por cuanto es uno de los 8 Remedios Naturales que dejó nuestro Creador para cuidar el templo de Dios que es el cuerpo humano. Por ello Él pregunta “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” 1Cor 6:19. Entonces, el aspecto medular de este asunto es obediencia.
Es posible que alguno de mis amados lectores responda “que de cualquier cosa nos vamos a morir”, eso es cierto, pero cuando eso suceda, estaremos en paz con nuestro Señor por cuanto hemos obedecido sus recomendaciones. Sin embargo, los cristianos necesitamos colocar la parte que nos toca, por cuanto el adversario nos anda “cazando”. Debemos agudizar el sentido de protección personal que corresponde a nosotros y no ponernos en “el filo de la navaja”. Así, Dios recomienda. “Sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” Mat.10:16. Esto quiere decir que los cristianos debemos poder reconocer los peligros y las dificultades que puedan presentarse en nuestra vida.
Sin embargo, como he dicho antes, Dios no desampara a su hijos a pesar de… No me canso de alabar a Dios por cuanto aún antes del accidente que sufrí, sus santos ángeles estuvieron muy cerca de mí. Comenzando por la maniobra del conductor José Sánchez que evitaron una muerte segura. Cuando estaba inconsciente en el pavimento, se presentó otro enviado del Señor, la hermana Yailili, quien se ocupó de mí, como un verdadero familiar. No se separó de mí lado hasta que llegó mi esposa, mis hijos, mi yerno y mis nueras al hospital. Quienes de manera automática coordinaron un operativo de asistencia de manera perfecta, en todo sentido, por lo cual pudimos estar de alta a las 4 de la tarde del mismo día del accidente. ¡DIOS me los bendiga!
Y qué decir de los ángeles enviados por el Señor que se apersonaron para ayudar en la contingencia. Los paramédicos en el sitio del suceso, mención especial al amigo Nerio vecino del Ujano con un trabajo impecable. La presencia inmediata en el hospital de mis hermanos en la Fe Bellatriz de Garrido, Eduardo González y en especial Carolina Rivero con sus buenos oficios y sus respectivas influencias. Al cirujano plástico Dr. Camacho con un trabajo impecable en las heridas abiertas en la cara. Al traumatólogo Dr. Alejandro Orduz, amigo de mi hijo. Al Dr. Toro, RUNNING del Club Corredores MATA RATAS quien se apersonó al saber que era un colega trotador quien estaba allí. Al amigo de la familia, Gerson Finol de Cruz Roja, a la cirujano que hizo también un gran trabajo y a la enfermera de 81 años y 56 de servicio Socorro, otro ángel de Dios para este servidor.
De verdad soy un convencido que Dios no abandona a sus hijos, aun cuando se distraen y pisan en falso. Envía sus ángeles desde el cielo o humanos, los habilita para socorrer a los suyos y librarlos del mal. Y esto está muy claro en su Palabra. “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos” Sal. 91:11. ¡Ese es mi DIOS! ¡Ese es nuestro DIOS!
¡Hasta la semana que viene por la WEB Dios mediante!
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William Amaro Gutiérrez