Portugal celebraba el domingo elecciones generales, en las que se esperaba que el Partido Socialista fuera el más votado para mantenerse en el gobierno otros cuatro años.
Durante el mandato del primer ministro socialista Antonio Costa se ha registrado una sólida recuperación económica en la que el crecimiento ha pasado del 0,2% en 2014 al 2,1% en 2018 y el desempleo se ha reducido casi a la mitad, al 6%.
Además, en un proceso guiado por el ministro de Finanzas, Mario Centeno, que también preside las reuniones de ministros de Finanzas de la eurozona, han empezado a corregir las mal gestionadas finanzas públicas portuguesas. El déficit presupuestario, que fue durante años una carga por el sobregasto rutinario de los gobiernos portugueses, está ahora cercano a cero.
Los portugueses siguen asociando a los socialdemócratas, el principal partido de oposición, con los profundos recortes y una recesión de tres años que terminó en 2014, cuando el gobierno de centroderecha estaba en el poder. El líder del partido, el economista Rui Rio, ha tenido problemas para silenciar a sus críticos desde que asumió el puesto en 2018.
El partido que obtenga el mayor número de escaños en la Asamblea Republicana de 230 puestos suele ser invitado a formar gobierno y proponer un primer ministro. El presidente es principalmente una figura ceremonia.
Portugal no ha registrado un auge de partidos populistas o nacionalistas como otros países europeos.
Sondeos recientes indican que los socialistas no conseguirían una mayoría parlamentaria. Eso implica que podrían tener que negociar alianzas con partidos izquierdistas más pequeños para aprobar medidas, como hicieron en su legislatura anterior con el Partido Comunista Portugués y el Bloque de Izquierda.
También se espera que el conservador Partido Cristianodemócrata y el Partido Gente-Animales-Naturaleza ganen escaños.
El presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, hizo una llamada a la participación afirmando que el país enfrenta una serie de grandes desafíos, como la inminente salida británica de la Unión Europea. Gran Bretaña es uno de los principales mercados de la exportación portuguesa.