Es triste admitir que Venezuela pasó de ser un modelo democrático ejemplar para el resto del continente y con una de las mejores economías de la región, a ser un país gobernado por corruptos que han secuestrado todos los poderes.
Ahora nosotros sufrimos a manos de un régimen que ha destruido las instituciones democráticas, con una economía que atraviesa su sexto año en recesión, afrontando una terrible hiperinflación y con millones de venezolanos padeciendo una emergencia humanitaria compleja.
Hoy, gracias a nuestros esfuerzos y trabajo en unidad, hemos logrado que los gobiernos democráticos del mundo se solidaricen con los venezolanos y apoyen nuestra ruta. Ante nuestras constantes denuncias en todos los espacios internacionales, la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, visitó el país y evidenció al mundo las sistemáticas violaciones de Derechos Humanos que produce el régimen a quienes piensan distinto. Por su parte, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó, la semana pasada, el envío de una Comisión para supervisar la situación en el país, lo que permitirá que aumenten las denuncias y presiones internacionales contra el régimen.
Asimismo, durante el periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU nuestros aliados, el Grupo de Lima, Estados Unidos y la Unión Europea, celebraron reuniones donde se abordó la problemática en Venezuela y el rumbo conjunto que debemos tomar para su solución. Además, cuando Delcy Rodríguez tomó su turno de palabra, los representantes de gobiernos democráticos abandonaron el recinto, demostrando que el régimen se queda sin aliados. Por ese motivo Maduro no fue a la ONU, sabe que el mundo no cree sus mentiras.
Cada vez más aislados y sin una ruta clara, los usurpadores se muestran asustados y confundidos. Han ido error tras error, el fracaso de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente los obligó a volver a la verdadera y constitucional Asamblea Nacional, que sí fue electa por el pueblo. Nadie aceptó el fraude del 20 de mayo, mucho menos el falso diálogo que ahora tratan de fingir con partidos sin representación.
Se nota cómo su desespero crece porque no puede eludir lo inevitable. Creyeron que siempre contarían con el apoyo del pueblo, pero éste se cansó de la escasez, la represión y el hambre. No toleramos más estas injusticias mientras los usurpadores se llenan los bolsillos.
Los venezolanos estamos cansados de escuchar sus mentiras y excusas. No existe una guerra económica, las sanciones no han causado la crisis humanitaria y las fallas en los servicios no son consecuencia de ataques extranjeros. Los males de los venezolanos tienen como responsable a Nicolás Maduro.
Por esto, no debemos olvidar los grandes avances que hemos alcanzado en nuestra lucha. Hoy más que nunca somos una clara mayoría que trabaja unida, con una ruta definida apoyada por las democracias del mundo y que exige un cambio de modelo, para que Venezuela vuelva a ser un país democrático, próspero y ejemplar para el resto de la región.
Stalin González