No se puede hacer un cálculo sobre las inversiones requeridas para estabilizar el Sistema Eléctrico Nacional.Así lo declaró el ingeniero Joe Carrillo, miembro de la Asociación Venezolana de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y Afines (Aviem).
Cuando ésta entregó a la Asamblea Nacional su diagnóstico, de 1.800 páginas, el monto recomendado a invertir era de 35.000 millones de dólares.
Ese estudio que incluía investigación, procesamiento de datos y análisis, fue realizado por 80 ingenieros eléctricos, mecánicos, civiles, ambientales, industriales e informáticos.
Este equipo estuvo dirigido por Winston Cavas, quien hoy está exiliado en Colombia tras advertir, a fines de julio de este año, que podría producirse un colapso en el servicio eléctrico por las malas condiciones en que se encontraba.
Pero, le pusieron preso a uno de sus hijos para callarlo, luego que el presidente de la Constituyente, Diosdado Cabello, en su programa de televisión, pidió investigarlo por supuestamente estar preparando un ataque contra el Sistema, atendiendo orden de los Estados Unidos.
Ese diagnóstico de Aviem fue realizado durante ocho años consecutivos en los 24 estados de Venezuela. No quedó ninguna población por fuera.
Quedó demostrado que el estado más crítico es el Zulia, aunque éste tiene generación propia, pero – ironías de la vida de la principal región petrolera de Venezuela- carece de combustible para sus plantas eléctricas. Por ese motivo tiene que depender de dos líneas provenientes de El Guri. Una de ellas se rompió hace una semana y dejó a la mitad de la población sin energía eléctrica por más de treinta horas.
La inversión a realizar en aquel momento de plantearse una solución al problema, estaba discriminada de la forma siguiente:
20 mil millones de dólares para generación, 10 mil millones de dólares en transmisión y 5000 mil millones en la sustitución de los cables de distribución.
Aún no se habían presentado las dificultades que hoy tiene el Sistema. Sin embargo, ahora pueden ser mayores.
Aún más, hoy se requieren nuevas inversiones para plantas, cuya construcción depende de las planificaciones que haga el Estado venezolano y tarifas eléctricas, que es la comercialización.
Conviene aclarar que las nuevas inversiones para modernos equipos está relacionado con el avance y crecimiento del país. Si hay viviendas nuevas inevitablemente deben ser incorporadas al servicio.
Sin embargo, tal como están las cosas y tomando en cuenta la diáspora venezolana que se ha venido registrando en el curso de los últimos tres años, la nación no está creciendo, sino todo lo contrario, disminuyendo.
Por los cuatro millones de personas que, según los registros de las Naciones Unidas, se ha ido de Venezuela, se ha reducido el consumo en cuatro mil megavatios.
A pesar de haber disminuido el consumo por la razón antes mencionada, se han venido presentando los racionamientos y las fallas del suministro porque el Sistema se encuentra en lamentables condiciones. Y todos conocemos las consecuencias de estos “apagones” que se suceden sin previo aviso en todas partes de Venezuela porque se hacen para suplir a otras zonas o por las fallas.