Para recordar:
“Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto”
(Génesis 37:28)
Uno de los grandes problemas que afrontamos en Venezuela, con respecto al sonado diálogo de estos días, es que se observa estancado y/o no se le ve salida. Tampoco se sabe quién pudiera estar “vendiendo” al país o quien no. Es decir, presuntamente se hacen negocios a la luz pública, pero también lo hacen en la oscuridad. Al final, alguna de las partes terminará diciendo: Venderlo(a) fue un mal negocio.
Hay un dicho que usaba, nuestro papá Claudio Miguel, que dice: “Mejor es un mal negocio, que un buen pleito”. Esto, sería un punto importante para un diálogo, siempre que sea justo, sin trampa y sin ventaja. Porque, mejor es negociar por las buenas (dialogar) que por las malas (ir a una guerra). Porque, si la relación (en armas o personas) fuese 50 a 1, sería muy malo jugar al soldadito, si no se sabe cómo superar eso.
Algunos hombres de la Biblia se revelaron frente a reyes o dictadores, por distintas causas, porque obedecían a Dios antes que a los hombres. Entre otros: Moisés, enfrentó al Faraón; José, rechazó a la esposa de Potifar, aunque le costó ir a la cárcel; Elías, desafió a cuatrocientos profetas falsos inclinados a Baal, cuando el rey Acab; por su parte, Daniel y sus amigos, rechazaron la mala propuesta del rey Nabucodonosor. Y el Señor los premió.
Hoy, hay gobernantes que parecieran estar del lado del diablo, más que de Dios. Hablan de diálogo y paz, pero violan las Leyes divinas, la Constitución Nacional y por ello hay países sancionando a ciertos gobernantes y tristemente “chispea a la nación”. A las pruebas nos remitimos: Se pretenden hacer encuestas, para promover invasiones de viviendas y empresas. Violan todo tipo de aspectos de la vida humana. El pueblo sigue pasando trabajo, hambre, miseria, enfermedad y muerte, y la economía está por el suelo.
Volviendo al caso de José, sus hermanos le tomaron rabia porque su padre Jacob lo quería mucho más que sus otros 11 hermanos. Y por la intervención de Rubén y Judá, evitó que mataran; los otros nueve planificaron engañar al progenitor, haciéndole creer que José había muerto, enviándole su preciada túnica llena de sangre de un cordero, para poderlo vender a unos madianitas por 20 piezas de plata, unos 146,66 gramos de dicho metal, según libro revisado desde Google: “Mitología Universal y otros.
Aunque para los hermanos de José, venderlo fue un mal negocio, el Señor cambió esa mala acción y favoreció a José por su buena conducta; quien pudo ayudar a los egipcios y a su familia a no morir en el desierto, dada la hambruna profetizada por Dios. Allí, preservó la vida de Jacob, aunque estaba por morir y sus hermanos sufrieron un poco, por culpa de ellos mismos, y por el mal comportamiento contra su padre y el referido José.
Algo parecido ocurre en la llamada oposición. Se observa desidia, falta de unidad, se echan unos a otros, negociaciones mal llevadas y cuando se habla de elecciones presidenciales, muchos de ellos y otros, quieren ser presidente, olvidando el pasado Mayo 2018. Cuando lo que se debería proponer primero, realizar unas primarias por votación, para seleccionar un solo candidato; alguien que represente las verdaderas necesidades del país, porque si los contrarios a los gobernantes no se ponen de acuerdo, estarían como tratando de endulzar 100 litros de agua, con una sola cucharada de azúcar.
A pesar de lo malo que está ocurriendo en Venezuela, Dios quiere ayudar, proteger y Salvar a quienes se pongan de su lado, como lo hizo con Moisés, Josué, Caleb y Daniel. Y el peor negocio que hacen algunos, es cambiar lo que Dios ofrece por ofertas humanas que defienden solo la parte material y olvidan la espiritual, y cuando eso ocurre, automáticamente dejamos de cumplir las Leyes divinas y las leyes humanas.
Eduardo Iván González González
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