Ya Caracas ha dejado de ser ciudad protegida por el Sistema Eléctrico Nacional y entró en períodos de racionamiento y afectaciones del servicio.
El ingeniero Antonio Patiño, directivo nacional de la Asociación de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y Afines (Asiem), dijo a Elimpulso.com que la capital de la República estaba, como ejemplo muy cercano a nosotros, igual al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, bajo protección permanente del servicio eléctrico en la región. La alimentación del fluido eléctrico no se puede tocar.
Había racionamientos y afectación de servicios (fallas de todo tipo) en todo el país, menos en Caracas por ser sede de los poderes públicos, de las fuerzas armadas, de embajadas y consulados, además de hospitales y de los principales servicios.
Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente, porque no hay recursos de generación para atender las necesidades que tiene el país
Caracas tiene una demanda de 3.500 megavatios, suficiente para atender una población de dos millones y medio de personas que residen en la zona metropolitana.
Si la actual generación de energía eléctrica es de 8000 megavatios, redondeando la cifra, y se le van a dar 3.500 megavatios a la capital de la República, que es la misma cantidad que necesitan los estados andinos y Barinas, entonces quedan 4.500 megavatios para el resto del país.
Como las deficiencias del servicio se han venido agravando, las fallas también están produciéndose en Caracas.
Los días 20, 27 y 28 de septiembre hubo apagones en la mitad del territorio nacional.
El primero de esos días hubo un incendio en la refinería de El Palito y otro en Planta Centro. También se registró un incendio en Amuay, península de Paraguaná, donde se encuentra la más grande refinería petrolera de Venezuela. Y el cuarto accidente de ese tipo ocurrió en la subestación del municipio San Francisco, en Maracaibo.
Después en los otros días de apagones quedó fuera de servicio Guanarito, en estado Portuguesa, al incendiarse las líneas. Los cables reventaron y cayeron al piso. Es necesario que pasen varios días para hacer las reparaciones. Y otro de los sucesos que se presentó fue el de las fallas en la línea de 400 mil voltios en el Zulia, que dejó por más de treinta horas consecutivas sin servicio a Maracaibo.
Esta es una situación muy delicada porque ningún contratista ha querido recibir contrato porque las torres de esa línea son de hierro, se encuentran en el lago de Maracaibo y están corroídas por el agua. Constituyen un riesgo para los trabajadores.
Como ya observamos, el problema no es sólo de generación sino de distribución, porque son miles de kilómetros de cables que tiene cada línea de suministro del fluido eléctrico.
Todos estos problemas fueron advertidos con suficiente antelación cuando la Aviem en el año 2016, después de ocho años continuos de investigaciones, estudios, análisis y propuestas presentó un informe completo del servicio eléctrico de Venezuela ante la Asamblea Nacional.
Toda esa información está contenida en 1.800 páginas, dijo el ingeniero Patiño, quien junto con su colega Luis Vásquez Corro llevaron a cabo gran parte de ese trabajo, en el cual se planteaba la necesidad de incorporar 6.000 técnicos, 600 de ellos de altos estudios, para resolver la crisis eléctrica.
Del mismo modo se planteó la necesidad de invertir 35 mil millones de dólares en relevo de los equipos obsoletos del Sistema. No se incluyó la distribución de cables porque no se puede precisar el monto que se requiere, pero de igual forma tiene que ser una cantidad muy enorme de dinero.
El documento fue recibido por la Comisión de Estudios del parlamento, porque fue el destino que le dio la Aviem, ya que el Ejecutivo Nacional nunca atendió los planteamientos y advertencias hechas por el Colegio de Ingenieros de Venezuela.