«No se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy«
Abraham Lincoln (12-02-1.809 / 15-04-1.885)
Político y abogado estadounidense, Abraham Lincoln, ejerció como decimosexto presidente de los Estados Unidos de América desde el 4 de marzo de 1861 hasta su asesinato el 15 de abril de 1865.Lincoln lideró a Estados Unidos durante la guerra de Secesión, el conflicto más sangriento y quizás también la mayor crisis moral, constitucional y política que ha sufrido la nación estadounidense. Al mismo tiempo, preservó la Unión, abolió la esclavitud, fortaleció el gobierno federal y modernizó la economía.
Fuente: Wikipedia, la enciclopedia virtual.
El poder automáticamente genera autoridad y no existe autoridad sin responsabilidad, están intrínsecamente unidas de manera indisoluble. He ahí el por qué algunas personas que asumen tomar para si los destinos de una nación, estado, municipio, ciudad, pueblo, caserío, Asociación de Vecinos, condominio, vocero de un Concejo Comunal, y hasta directivo de un gremio o sindicato, deben tener presente que tarde o temprano tendrán que rendir cuentas a su entorno y si se restablece el Estado de Derecho que ejecute el Estamento Legal vigente, respetando el espíritu propósito y razón del legislador probo plasmado en la Constitución Nacional, las leyes y sus reglamentos bajo criterios jurídicos coherentes, tradicional e internacionalmente aceptados, tendrá la responsabilidad sobre su actuación en el ejercicio de la autoridad conferida y que el abuso de poder conlleva a sanciones que jamás podrán considerarse o calificarse de excesivas si son directamente proporcional a las faltas cometidas.
Es común que aquellos que logran sobresalir dentro de un entorno social, generalmente el político, traten de sobreponerse a los demás ciudadanos, es conocido el adagio popular que expresa:
“Algunos policías rasos pretenden ser generales.”
Entonces la pregunta obligada sería:
¿Qué pretende ser un general con tendencia al abuso de poder?
Supongo pertinente recordar a don Rómulo Betancourt, cuando desde la presidencia de la República de Venezuela expresó (palabras más, palabras menos):
“Los militares a los cuarteles.”
A la Constitución Nacional aprobada en 1.961, cuando ordenaba a las autoridades tratar respetuosamente a los residentes en el país: “De Ciudadano y… de usted.”
Quienes son expertos en manejos de medio de comunicación social se han encargado de satanizar al periodo democrático comprendido entre los años 1.958 y 1.998; ocultan el desarrollo nacional logrado en este periodo y denuncian como nefasta la actitud de los gobiernos que enfrentaron la “Guerra de Guerrillas” y han calificado de héroes a quienes emboscaron a nuestros jóvenes, casi niños que a los 18 años de edad cumplían con el “Servicio Militar Obligatorio”, o a ciudadanos pertenecientes a una clase social de bajo recursos que ofrendaban sus vidas para preservar la nuestra de los delincuentes: “Los Policías”; justifican a quienes asesinaban con las llamadas “Bombas Caza Bobos” y/o cometían secuestros como el sucedido en el conocido caso “Nihaus”; tapan las masacres ocasionadas por las invasiones cubanas de Machurucuto, el Carupanazo, el Porteñazo y hasta la matanza de Villanueva, municipio Morán de nuestro estado Lara.
¿Cuál debería haber sido la reacción lógica de un gobierno ante lo descrito?
Cabe destacar al Artículo 2 del Código Civil:
“El desconocimiento de la ley no excusa de su cumplimiento.”
Maximiliano Pérez