Con libertad ni ofendo ni temo es una leyenda contenida en el escudo de armas mandado a diseñar por José Gervasio Artigas para la Provincia Oriental en 1.815. Frecuentemente se cita la frase como el lema nacional de Uruguay, aunque oficialmente no lo sea.
El Escudo de la Provincia Oriental fue una definición oficial perfectamente calculada: el dibujante recibió instrucciones; la versión final fue ajustada con él y por fin fue aprobado como lo autoriza una proclama. Se publicó por primera vez en Montevideo en mayo de 1.816 durante el mandato del gobernador Miguel Barreiro, meses antes de la toma de la ciudad por Carlos Federico Lecor el 20 de enero de 1817.
José Gervasio Artigas (19 de junio de 1764 – 23 de septiembre de 1850) fue un militar y estadista rioplatense que actuó durante la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y que se destacó por ser el heraldo del federalismo en lo que hoy son Argentina y Uruguay. Recibió los títulos de “Jefe de los Orientales” y “Protector de los Pueblos Libres”. Es honrado en ambas márgenes del Río de la Plata, siendo el máximo prócer de Uruguay y también prócer en Argentina.
La frase fue usada posteriormente para el Escudo de Montevideo, que data de 1.895. También se utilizó en el estribillo de la canción A Don José de Rubén, compuesta en homenaje a Artigas.
En la página de opinión del día 19-04-2.016, en “El Correo del Orinoco”, publicó Pablo Fernández B. un artículo donde asevera: “El filósofo mexicano José de Vasconcelos pronunció la frase, adaptada de la célebre expresión que el prócer uruguayo José Gervasio Artigas colocara en el escudo de armas de la provincia del Río de la Plata: “Con libertad, ni ofendo ni temo”. Ambos elementos (libertad y verdad) se concatenan en todo proceso social que busque generar vida digna para los pueblos y un entendimiento fundado en el respeto más sagrado que debe existir entre congéneres de la especie humana.” Fuente: Wikipedia.
Bajo el precepto de que soy un ser humano y por tanto tengo el deber de ejercer el derecho de errar y de antemano pedir perdón si eso ocurre, hace algún tiempo también he manifestado que soy responsable de lo que digo, más no de lo que de ello se interprete.
La libertad de expresión es un derecho inalienable otorgado por el Todopoderoso llamado Dios, es por ello que se dice: “Podrán encarcelar la carne y los huesos de un ser humano pero jamás podrán encarcelar su pensamiento, sus experiencias o su dignidad.”
Podrán doblegar la materia más no lo espiritual, y las huellas dejadas están fundidas en el crisol eterno del arcano tiempo… por la integridad de sus acciones.
Agradezco inmensamente la bondad de la Junta Directiva de “El Impulso”, muy especialmente a Don Carlos Eduardo Carmona P., por darme la oportunidad de satisfacer a algunos leedores de mis letras torcidas, que me han pedido que escriba con nombre propio.
Una vez más recibo el apoyo de tan prestigiosa institución, a la cual me atan lazos de amistad y solidaridad desde antes de haber aprendido a leer en sus “añoradas” páginas, y espero, con el imprescindible respeto, objetividad, y con la verdad, cumplir con lo encomendado por tan exigentes observadores del quehacer cotidiano, quienes ancestralmente han seguido la tradición de acompañar con un buen café “venezolano” a las noticias traídas por “El Impulso”.
Supongo valedera otra modificación de la frase original:
“En libertad… con la verdad ni ofendo ni temo.”
Maximiliano Pérez
