La restauración de las obras públicas del artista, fallecido el pasado 27 de julio, sensibiliza a entes públicos y privados. “Estamos preparados para arrancar”, dice la galerista Odalys Sánchez en relación a la puesta en marcha del Gran Proyecto de Recuperación del Patrimonio Artístico-Monumental de Carlos Cruz-Diez, que desde hace tres años desarrolla el Grupo Odalys, que ella dirige, a través del estudio de arquitectura In Situ (www.insituartprojects.com), la única empresa autorizada por el Atelier Cruz-Diez para ubicar y contratar a las personas o compañías que realizarán los trabajos de restauración de los obras públicas del maestro del Cinetismo, fallecido en París el pasado 27 de julio.
En ello secunda a la galerista Carlos Cruz-Diez, director del Atelier Cruz-Diez, de París, e hijo del artista que transformó la sensibilidad contemporánea al lograr ampliar la percepción de los espectadores a través de sus estudios del color.
“Estamos listos para emprender esa enorme tarea y no queda más que conseguir el financiamiento, buscar los contratistas que garanticen un trabajo bien hecho, puesto que se trata de obras de arte”, asegura.
En vida, Cruz-Diez realizó 226 obras monumentales, entre efímeras y permanentes, que hoy ratifican sus invalorables aportes al mundo del arte en países como Colombia, Ecuador, Argentina, Brasil, Panamá, México, Guatemala, República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos, Francia, España, Suiza, Inglaterra, Andorra, Alemania, Portugal, Bélgica, Corea del Sur, China, Malasia, Taiwán, Japón, Kazajistán, Emiratos Árabes, Arabia Saudí y, por supuesto, Venezuela, donde se encuentran 157 de sus creaciones.
Comenta Sánchez que la mayoría de las obras públicas de Cruz-Diez en el país necesitan atención porque nunca se les ha dado mantenimiento.
“Desde In Situ hemos hecho el levantamiento de no menos de 50 piezas, fundamentalmente de Cruz-Diez, pero también de artistas como Soto, Alejandro Otero, Vasarely, Gego, Calder. Todo, en estrecha coordinación con las fundaciones que resguardan la obra de estos creadores”.
El proceso para recuperar las obras se inicia con la inspección en el lugar del estado de conservación de éstas; los resultados de ese primer registro se cotejan con las fuentes documentales, en este caso, el Atelier Cruz-Diez, que posee los planos originales de las piezas con todas sus especificaciones estructurales y estéticas; luego se realizan consultas con técnicos y expertos sobre los materiales más adecuados disponibles en el mercado, y finalmente se elabora la propuesta de restauración que al ser aprobada por el taller del artista se presenta a las instituciones públicas y privadas dispuestas a financiar los trabajos.
Pero advierte la galerista que las restauraciones no significan la intervención inadecuada de las obras, “eso es lo peor que le puede pasar a una obra de arte”, dice al tiempo que reconoce que, luego del deceso del artista, algunas instituciones tanto públicas como privadas han tomado conciencia del valor patrimonial de su legado.
Desde el Atelier Cruz-Diez reiteran el llamado de Sánchez.
“Sin los planos ni la directiva y supervisión imprescindibles para este tipo de realizaciones, se puede deformar la obra, dañarla y hasta caer en estafas”, afirma Carlos Cruz-Diez, Jr.
Por lo pronto, y mientras desde In Situ se mantienen las conversaciones con entes públicos y privados para resolver el tema de la financiación, ya se cuenta con una lista de prioridades para emprender la recuperación de la obra monumental de Cruz-Diez.
En ese listado destacan el piso del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía; los silos y el muro de La Guaira -este último derribado, pero ya se está conversado con autoridades de Bolipuertos para volver a levantarlo-, los silos de la empresa Molinos Dominicanos, en República Dominicana; el Laberinto Cromovegetal de la Universidad Simón Bolívar; la obra Cromoestructura radial-Homenaje al sol, de Barquisimeto; Inducción Cromática del Aeropuerto Alberto Carnevalli de Mérida, y la Fuente de Inducción Cromática: Tres Arcos, de Nueva Esparta.
“La restauración de sus obras es el mejor homenaje que le podemos hacer a mi padre”, concluye Carlos Cruz-Diez.