En tan solo 19 años un régimen criminal, corrupto e irresponsable acabó con las riquezas del país, causando la mayor crisis de la región y dejando a millones en la pobreza y el sufrimiento. Hoy, cuando los venezolanos queremos un cambio y lograr una Venezuela llena de oportunidades para todos, el régimen se niega a dejar el poder y hunden cada vez más al país.
Desde la Asamblea Nacional hemos trabajado sin descanso para sacar a Maduro del poder y dar fin al sufrimiento de los venezolanos. No ha sido una tarea fácil, porque el régimen usa el miedo y la violencia como mecanismo de coerción, pero ante cada nueva amenaza y represión, hemos demostrado que nuestro deseo de un cambio es mayor y no nos dejaremos intimidar. Nuestra responsabilidad es para con los venezolanos, que confían en nosotros y en la ruta que trazamos.
Por tal motivo, es importante que siempre resaltemos los logros que alcanzamos juntos, gracias a la lucha constante y el apoyo del pueblo. Hoy más que nunca los gobiernos democráticos del mundo reconocen y respaldan nuestra lucha. El trabajo conjunto con nuestros aliados internacionales causa temor en quienes se aferran al poder, porque las sanciones afecta sus bolsillos y se ven cada vez más aislados, sin respaldo.
El informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y sus declaraciones sobre la situación que vive el país, ha hecho que los gobiernos y pueblos sepan, sin ninguna duda, que el régimen es el único responsable de la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela. Ante de las recomendaciones de la Alta Comisionada, ellos se niegan a escuchar y siguen tratando de ocultar el desastre que causaron, pero ya nadie les cree.
La emergencia humanitaria compleja, detenciones arbitrarias, tratos inhumanos, quebrantamiento de la democracia, las instituciones del Estado, la censura contra los medios de comunicación y la vulneración del derecho de expresión y manifestación de la población, son totalmente inadmisibles y no dejaremos de denunciar esos crímenes ante la comunidad internacional.
El respaldo de las democracias del mundo simboliza que vamos por buen camino, unidos y organizados, sin dejar de exigir el cambio que necesitamos. Vamos a continuar ocupando todos los espacios que sean necesarios para cumplir nuestra meta. La aprobación del TIAR, las denuncias ante las organizaciones internacionales por violaciones a los Derechos Humanos y el trabajo conjunto con nuestros aliados, debe ser acompañado con la lucha en la calle y la protesta organizada. No nos vamos a rendir. Nuestro deber es acabar con el sufrimiento de los venezolanos y reconstruir el país.
Stalin González