Director: Glenn Campbell Guión: Tammy Klein
Si a usted le dieran la oportunidad de hacerle realidad tres deseos, ¿cuáles pediría? Wow, sin duda los mismos van a depender de su hoy, hoy. Una segunda pregunta me lleva a, y de esos: ¿regalaría uno a otro?, es decir, ¿se quedaría con dos?
El film Aladdin de este año 2019 (la primera fue en 1992 y gano dos Oscar) es una historia de alfombras mágicas, genios y deseos. Quizás para el que la ve por primera vez, la película tiene magia, para otros que la han visto varias veces, no. Es decir, de la magia al igual que la verdad va a depender de lo que yo me crea.La verdad es la que yo me creo.
Aladdín es una historia de mayores contada para niños. En ella usted vera el egoísmo, la ambición insana, la codicia fatídica, la vejación sexual, la traición. Aladdín (basado en el cuento de hadas árabe Las Mil y unas noches) es un joven ladrón (Mena Massoud) de buen corazón que se hace amigo de la princesa Jasmin (Naomi Scott), quien escabullo del palacio para explorar la ciudad. Es reclutado por Jafar (Marwan Kenzari)para robar una lámpara mágica. Sin embargo, al entrar a la cueva de las Maravillas y descubrir la lámpara mágica y cuyo Genio (Will Smith) le regalara tres deseos, decide emplearlos para tratar de conquistar el corazón de la nueva sultana, algo que abre un nuevo mundo de emociones y de peligrosas aventuras.
Ahora bien, en estos tiempos de crisis hemos visto corrientes lingüísticas (no están basadas en teorías ni investigaciones científicas) que nos dicen que: debemos desear y que con decretar es suficiente para conseguir, no sólo lo soñado, sino lo que consideramos merecemos; Aladdín deseaba a la princesa, la princesa deseaba ser considerada apta, no minusválida por ser mujer, el genio ser libre y el malo ser reconocido.
Al respecto Sigmon Freud, el medico neurólogo y padre del psicoanálisis, explica que “el deseo siempre busca un objeto perdido, pero perdido porque ese paraíso perdido nunca existió”. Es decir, no lo tenemos y lo vemos lejano, de este modo, para Freud, “el deseo tiende a la nostalgia del pasado de ese objeto, el deseo,continúa explicando, en el humano es por definición insatisfecho, nunca puede satisfacerse”, es por ejemplo,yo tuve una novia (mi caso) y deseo lo que viví con ella, y ese deseo de vivir esos momentos me hace buscar en el hoy aquel deseo. Allí Freud plantea que es allí su peligro en el aparato psíquico, volver atrás como modo de vivir y búsqueda del hoy, allí surgen las comparaciones, las exigencias, el esfuerzo individual, las extrañas decisiones de estar acompañado rápido, de estar. En la película, Aladdín, en un momento cambia su aptitud de buena persona hacia un personaje ambicioso y egoísta, tocado por ese poder que logró y lo cercano de estar al tener lo deseado, la ambición lo cegó. Es aquí donde Freud, describe que “la realidad se construye por el rodeo que tiene que dar el deseo para alcanzar su satisfacción, no en las alucinaciones que se crean como cumplimiento del deseo”.
Por otro lado, Th. Ribot en su libro “La psicología de los sentimientos”, proyecta que la ambición tiene dos caras. Su rostro luminoso nos lleva a brillar y su lado oscuro nos conduce al más profundo de los infiernos. De ahí la importancia de aprender a gestionarla lo mejor posible”. En Aladdín, la ambición de todos los personajes es un tema de valorar, en esa aptitud (buena o mala) nos damos cuenta que las mismas están hechas del mismo material con el que se tejen los sueños y deseos. Nos impulsa a fijarnos metas que nos ilusionan y retos que, a priori, parecen imposibles de alcanzar. Es un poderoso motor que desafía la lógica y la razón. “La ambición y el miedo a la perdida mueven a la humanidad, nos cuenta Maquiavelo, y como los poderosos (esta película lo destaca) son los que más ambicionan, dan este mal ejemplo a los demás que siguen la misma senda con envidia hacia los anteriores”.
Este film resulta satisfactorio al espectador, trae elementos de magia que nos lleva a desconectarnos un rato con la cotidianidad. Tiene una alfombra mágica que nos dice que las cosas no son siempre lo que parecen.Las apariencias engañan. Y nos muestra una feminidad bien llevada a pesar que la princesa Jazmín por ser mujer, no podía ser la sultana ni ejercer el poder. En contra posición nos muestra sus delicados trajes, y que creo se trata de uno de los aspectos más identificativos del film. A lo largo de la misma usted apreciará que la historia de la princesa se cuenta a través de sus hermosos vestidos llenos de gran detallismo, con tonos estridentes con los que muchas mujeres podrían soñar, pero que en realidad, la protagonista lo que quiere es salir de palacio y ver a la gente. Así somos.
Fritz Márquez
@fritzmarquez360