Nada quieren saber los trabajadores de aumento del salario mínimo, porque en los veinte años que tiene el régimen, esa medida se ha aplicado 49 veces y ha resultado en vano, porque la inflación lo ha devorado inmediatamente.
Es por ello que los dirigentes sindicales están planteando como necesidad imperiosa la dolarización del salario, porque aunque el oficialismo pretenda desconocerlo, todo lo que se puede adquirir se está cotizando a nivel de dólar.
El poder adquisitivo se ha perdido, afirmó el profesor universitario Froilán Barrios, presidente del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato.
Se considera que una persona es pobre, según la Organización Internacional del Trabajo, cuando devenga diariamente seis dólares. Cuando aquí, en Venezuela, el salario mínimo es de 40 mil bolívares diario, estamos en la categorización del país más pobre del mundo, por debajo de las naciones africanas y en el continente, mucho más abajo que Haití.
Es una falsa propaganda la que hace Nicolás Maduro cuando se hace llamar el presidente obrero, porque los 40 mil bolívares representan menos de dos dólares. Y ya el trabajador venezolano está en la condición de esclavitud, porque su ingreso no le permite adquirir lo más mínimo.
El régimen desconoce todos los convenios internacionales, que incluyen diálogo social, tripartita, libertad sindical y salario decente.
Aplicación del artículo constitucional 91
José Gonzáñez, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Industria Gráfica y presidente de la comisión electoral de la CTV, dijo que lo que está planteado es la aplicación del artículo 91 de la Constitución.
Según su texto, el salario tiene que ser digno para que el trabajador pueda mantenerse él y su familia, además de proporcionarle los recursos para la recreación.
El régimen volvió polvo el salario. Aún más, a los profesionales les desconoció los años de su preparación y acabó con todos los beneficios que habían adquirido a través de largos años de lucha.
Conviene señalar que tras la finalización de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, los partidos políticos llegaron a un acuerdo para establecer las condiciones para mejorar la producción del país y luego llegaron al llamado Pacto de Punto Fijo, para establecer la democracia, que duró cuarenta años y finalizó al arribar este régimen.
No es el salario mínimo lo que se debe tratar, sino que haya un cambio en la economía, para que el país pueda producir y el trabajador pueda devengar un salario acorde a sus necesidades.
Nadie va a invertir en Venezuela por el temor a que el régimen intervenga y proceda a expropiar las empresas cuando éstas comiencen a tener ganancias, que es lo que ha ocurrido en estos veinte años.
No se puede discutir contratos
Johnny Magdaleno, dirigente sindical de Carabobo, manifestó que en Venezuela todo está dolarizado, menos los salarios. En ese estado central algunas empresas están pagando bonificaciones a sus trabajadores porque saben que la canasta básica está por el orden de los cuatrocientos dólares mensuales.
Antes que estar pensando en aumentar el salario mínimo, el régimen lo que debe hacer es dolarizar la economía.
Cuando esto ocurrió en Panamá y Ecuador, la inflación en esos países había llegado al 65 por ciento y los trabajadores devengaban 40 dólares.
En estos momentos los patronos no pueden sentarse a discutir los contratos colectivos, porque el bolívar ha perdido su valor. “Si todo está dolarizado, pues, dolaricen los sueldos y salarios”.
La situación así lo plantea. Porque se está haciendo común que se adopte el artículo 148, según el cual las empresas pueden suspender por tiempo indefinido a sus trabajadores cuando no puedan funcionar completamente.
Hay un promedio de diez mil trabajadores que se encuentran en esa situación porque empresas muy importantes tienen dificultades para producir.
Ya esta semana hubo caso de trabajadores que se declararon en huelga de hambre porque fueron suspendidos indefinidamente.
Con la suspensión, el trabajador queda desprotegido. Algunos empresarios sólo pagan el 60 por ciento del salario mínimo y si este no alcanza, menos puede hacerlo ese porcentaje. De allií, pues, que no venga el gobierno con un nuevo aumento salarial, porque se lo traga enseguida la hiperinflación. Que dolarice la economía de una vez, agregó.