Soplan vientos a favor que sin duda van a contribuir a reforzar el ánimo a todos los habitantes de este país que han sido afectados por la catastrófica crisis y aun así buscan el bienestar para todos y sin discriminación; debemos confiar en que entre las angustias y la esperanza siempre triunfa la esperanza; como herramienta invencible para enfrentar los atropellos que sin tener culpa son víctimas hasta el más inocente; lo que ha sucedido en nuestro país y sus gravísimos inconvenientes ya dejó de ser un problema de Venezuela es un problema de todo el mundo y por ello viene nuestra salvación, solución y muy pronto tendremos buenos resultados, que a todos nos beneficien, vengan de donde vengan, bien venidas las ideas y con el ruego a Dios no dejen secuelas ni espacios para venganzas, rencores y el mundo civilizado se dé cuenta que en todas las confrontaciones hasta el que se considera ganador siempre pierde.
Unión y paz es lo que necesitamos a vox populi es imposible seguir viendo nuestro país en decadencia en permanente confrontación, desacreditado, cazando enemigos, buscando pleitos y culpables, a quien endosarles los errores y fracasos, esto hay que asumirlo con humildad, bajar la soberbia, consultar a los que saben y aliarse a los exitosos, esa es la opinión del 92% (noventa y dos por ciento) del Venezolano que desea y lucha por la recuperación del país, unidos por la paz, aprovechar estos vientos que soplan a favor de una buena negociación que sea ejemplo al mundo civilizado y democrático, construir espacios de confianza; consientes que la confianza se construye a través de la transparencia como única forma de hablar sin temor, con toda libertad a los objetivos a seguir, por tal invito apoyar estos nobles intentos de una buena negociación que esto llegue a una feliz culminación por el bien de todos y nos ocupemos con toda energía y animo a trabajar, a producir, respetar las riquezas de nuestro país, conscientes de que es el único del mundo y lleno de bondades, no hay razón de que haya hambruna y gigantesco aumento de la pobreza, hay que vencer al peor enemigo que a lo mejor somos nosotros mismo, esto último lo dijo “ Moreno Kamuzawia”.
Todos incluyendo a los agoreros desanimados que no hay que desmayar, todos apoyemos lo que estamos viendo, los buenos vientos que soplan de salir como hermanos, gente decente y civilizados de esta situación tan grave y negativa que esta el país, que le sigamos el consejo que nos dijo Lyndon B. Johnson “Que hacer lo correcto no es el problema el problema es saber que es lo correcto” rogamos a Dios por que ilumine a estos negociadores que sin duda están de buena voluntad y haciendo lo correcto a lo que todos aspiramos y que nunca es tarde para las soluciones favorables, positivas y tan esperadas por la gente de buena voluntad que busca el bien y la convivencia sin excepción para un país productivo y en paz.
Con toda la fe que tenemos en esta negociación que está sucediendo y en buena parte apoyada por el mundo civilizado no dudemos de sus logros y beneficios contrarios a todos los tropiezos que hemos pasado, por ejemplo ¿cómo será la alegría cuando nuestros seres queridos como hijos, nietos, hermanos, sobrinos y primos regresen al país? Y la estampida en general de la diáspora viendo a nuestros hermanos en diferentes países deambulando y sufriendo torturas, huyéndole a la miseria de su país el más rico del mundo, como será la alegría cuando podamos llamar a nuestros seres queridos y le digamos regresen aquí estamos muy bien volvimos a hacer rico, aquí todo es abundancia, todo sobra, hay paz y todo el mundo es amigo.
Como seremos de feliz cuando se recupere el sector industrial que de las 10.000 (diez mil) industrias desaparecidas se multiplique por cada 100.000 veces, que el sector comercio sea fortalecido y el factor fundamental es el apoyo a la economía, imaginémonos la ganadería venezolana, apoyada, respetada con crecimiento acorde con todas las propuestas de las energías y buenas voluntad del hombre del campo, el sector construcción 100% (Cien por ciento) paralizado, como será la felicidad cuando veamos nuestras habitaciones y sillas del comedor que hoy se encuentran vacías nuevamente ocupadas, la voz de nuestros seres queridos y roto el silencio que hoy nos llena de tristeza, como seremos de felices cuando tengamos agua potable en todo momento, cuando no nos suspendan la energía eléctrica, cuando tengamos nuestra bombona de gas, cuando podamos volver a conseguir nuestro efectivo, cuando consigamos las medicinas, cuando volvamos a tener nuestra alacena y nevera llena y cuando todos nos admiren, como antes lo hacían que querían vivir en Venezuela, apostemos porque todos estos errores y pecados cometidos se conviertan en bendiciones y por el bien de todos no dejen secuelas.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Durán