Un rotundo fracaso, dada su ineficacia para controlar el proceso inflacionario y al hecho de que las medidas adoptadas no han atacado el problema de fondo, como es la incontenible hiperinflación, ha constituido la reconversión monetaria implementada por el Ejecutivo Nacional (agosto de 2018) que involucró la eliminación de cinco (5) ceros, a un año de su ejecución.
Claudio Rivas, Secretario General de la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines de Venezuela (Fetrabanca), al fijar posición en torno a los resultados de la aplicación del Plan de Recuperación Económica, expresó que el Ejecutivo Nacional colocó en la práctica una “camisa de fuerza” a la economía, en continua recesión, mediante su apuesta a controles ortodoxos para intentar frenar los incrementos del dólar, al mismo tiempo que su incidencia en los bienes de consumo: alimentos, medicinas, artículos de higiene personal, además de los servicios básicos.
Como un ejemplo palpable de ello, señala la fijación en 100% del encaje legal (récord histórico) que afecta severamente a las empresas que solicitan créditos para poder subsistir en estos tiempos difíciles que vive la comunidad nacional, siendo que dicha obligación está afectando asimismo la operatividad de las instituciones financieras.
Señaló el directivo de Fetrabanca, que la ausencia de una política económica, la monetización sin respaldo y la falta de controles fiscales, son factores que han incidido en el fracaso de la reconversión, ya que si no se atiende la raíz del problema como es controlar activamente la hiperinflación, seguiremos obteniendo los mismos resultados adversos y entonces “no habrá reconversión que valga”.
Otro aspecto resaltante de nuestra economía viene dado por el encaje de precios en moneda extranjera –dolarización de facto- que resulta totalmente inadecuada, ya que mientras un sector fija los precios en divisas la clase trabajadora gana en bolívares, de allí que enfrenta una crítica situación que le afecta en la calidad de vida junto a su núcleo familiar. La aspiración laboral reside en que con sus ingresos el trabajador sea capaz de vivir dignamente y poder pagar sus alimentos, medicinas, estudios, transporte, recreación.
“La inflación pulveriza el poder adquisitivo y en esta realidad debemos considerar asimismo la unificación de las tablas salariales y el cambio registrado en las formas de cálculo de los beneficios de la convención colectiva, con su incidencia lógica en la seguridad social del país”, aseguró.
Una transición en el ámbito político, es el marco idóneo para favorecer la transformación necesaria en materia económica, jurídica y social para el bienestar de todos los venezolanos, aseguró el dirigente gremial.