Para recordar:
“Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”
(2ª Reyes 6:17)
“Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo” (2ª Reyes 6:17).
Parte del título de hoy, lo debemos a un hermano donde observábamos la ausencia de unidad, en nuestro país de quienes hacen política (algo que también se ve en otras áreas, como la religión y hasta en algunas familias). Pero en este caso, pareciera que cada quien busca sus propios intereses. Con el agregado que, por los ojos oscurecidos no se ha sabido llegar y ayudar a la base (el pueblo), tanto con opiniones, como tratar de ayudar a suplir las necesidades básicas de los más desposeídos.
Esa “ceguera”, la tienen quienes, con apoyo de ciertas masas, en lugar de construir o unir, están dividiendo. Prueba de ello, es que en mayo 2018, no se ha debido hacer una elección presidencial. Pero lo más cuestionable, fue la participación de 2 individuos que la avalaron con su participación y supuestamente “legalizaron” ese hecho. Eso pudiera ser una de las razones principales de las sanciones mundiales que tenemos.
Según psicologiaymente.com, hablan que “Ceguera (tomando a saltos su interesante concepto) es: “Pérdida de la visión, lo cual es una condición física que provoca la disminución de la capacidad para ver en diversos grados, completa o casi completa”.
No obstante, allí agregan, que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que el 80% de la discapacidad visual es prevenible o curable con tratamientos… y en el mundo (solo en países desarrollados), para el 2015, existían unos 246 millones de personas con baja visión y 39 millones de personas diagnosticadas de ceguera”.
De la ceguera que hablamos es: La espiritual. Y, el único que pude aplicar el tratamiento para este tipo de ceguera es Dios; para vernos a nosotros mismos y también para ver cómo se encuentra nuestro país y quienes son los responsables.
El texto inicial, presenta al profeta Eliseo, quien ante una guerra que tenía el rey de Siria contra el pueblo de Israel, el gobernante Sirio trató de capturar al profeta porque ayudaba a dicho pueblo, pero no “veía” que Dios estaba del lado del enviado de Dios.
Como un criado del profeta estaba muy nervioso, por el cerco de los Sirios, Eliseo le pidió a Dios: “Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea…”. Es por ello que Eliseo le había dicho: “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”.
En este contexto, el doctor Aly, un médico amigo, retinólogo de vasta experiencia, a quien le informamos de este tema, se alegró mucho y sin saber la conclusión que le íbamos a sacar, usó palabras parecidas (similares) cuando el profeta Eliseo le dijo a su siervo: “son más los que están con nosotros…” por pensar en nuestra querida Venezuela.
Jesús, el Hijo de Dios, después de su resurrección se presentó en Emaús, y no le reconocían, y tuvo que abrirle los ojos a sus discípulos para que vieran o entendieran lo que de Él hablaban las Santas Escrituras (ver Lucas 24: 31,45).
Hoy, sigue siendo el único que puede aplicar el tratamiento para un tipo de ceguera: La espiritual, la mental, no tanto la física. Cristo, es el único que puede abrir nuestros ojos, nuestro corazón, para sacarnos el individualismo, egoísmo, avaricia, divisionismo, peleas, y que vayamos todos en un mismo sentido, por un mismo camino, con un mismo fin.
Tal vez por ello, vemos que hay demasiadas personas que aunque están sufriendo, que van “para el barranco”, viendo a Venezuela prácticamente sin nada, destruida, causado por lo que ustedes saben, tienen una tremenda ceguera. A esta altura (por más de 20 años), hay quienes todavía creen en la ilusión óptica que presentan los gobernantes de turno, y prácticamente les están confiando sus vidas, pensando que en sus manos está la salvación y no es así. Por ello, le pedimos a Dios todo poderosos que le abra los ojos a quien lo necesite.
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.com