En un escenario polarizado entre los descontentos por el ajuste económico y quienes temen el regreso del populismo, los argentinos votan este domingo 11 de agosto, en unas primarias que podrían arrojar cierta luz al complejo escenario político antes de las elecciones generales de octubre.
Las primarias tienen como propósito definir los candidatos de cada partido. Pero en esta oportunidad todas las fuerzas políticas presentan un único postulante, por lo que permitirán calibrar en las urnas el respaldo con el que cuentan de cara a las presidenciales del 27 de octubre.
El presidente conservador Mauricio Macri, un reformista que cuenta con el apoyo de los mercados y Estados Unidos, busca la reelección en medio de un clima de descontento generalizado por las políticas de ajuste económico que él justifica como el único remedio tras más de una década de lo que considera despilfarro de gobiernos populistas.
El principal rival del mandatario es Alberto Fernández, precandidato a presidente y cuya compañera de fórmula es la exmandataria y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner. Pese a las denuncias de corrupción contra Fernández de Kirchner y varios de sus ex funcionarios, amplios sectores de la población sienten nostalgia por las políticas de redistribución social durante el kirchnerismo en el actual contexto de recesión económica, persistente inflación y desempleo.
El ajuste ha tenido especial impacto en la pobreza e indigencia. Según el último registro oficial del segundo semestre de 2018, existe un 32% de pobres, entre los cuales 6,7% no alcanza a cubrir sus necesidades básicas.
Macri aspira a recuperar ventaja en el electorado con su compañero de fórmula, el senador peronista Miguel Ángel Pichetto, que podría atraer a los peronistas que no se identifican con el kirchnerismo. Los analistas entienden que Pichetto da una garantía de gobernabilidad por su gran capacidad para negociar con sus colegas y con los gobernadores peronistas de varias provincias.
Para las primarias están inscritas nueve fórmulas presidenciales y 33,8 millones de personas habilitadas para votar. Los precandidatos que no obtengan un mínimo de 1,5% de los votos no podrán participar en las elecciones de octubre.
Varias encuestas privadas de intención de voto le dan al precandidato kirchnerista una ventaja de entre 2 y 5 puntos porcentuales para las primarias. Si Fernández fuera el más votado el domingo por esa diferencia sobre el oficialismo, no necesariamente la elección de octubre estaría definida, ya que los analistas creen que Macri podría atraer a votantes de otras fuerzas no kirchneristas.
El tercer precandidato mejor posicionado es el exministro de economía Roberto Lavagna con un nivel de apoyo que oscila entre 11,7% y 8,5%. Sus potenciales votantes son desencantados con Macri, indecisos y peronistas críticos con el kirchnerismo.
Si en cambio el test del domingo arroja una ventaja más amplia a favor de Fernández se espera un cimbronazo financiero para los días siguientes ya que los mercados darían por seguro el regreso del populismo y pondrían en duda el cumplimiento de los compromisos de deuda asumidos por el actual gobierno.
Fernández ha sido muy crítico del acuerdo que firmó Macri con el Fondo Monetario Internacional en 2018 a cambio de un préstamo récord por más de 56.000 millones de dólares y adelantó que renegociará las metas.
Para ser electo presidente se necesitan 45% de los votos o al menos 40% y tener una diferencia mayor a 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato más votado. En caso de no alcanzarse esas cifras el 27 de octubre, se celebrará una segunda vuelta en noviembre.