La educación venezolana es otra de las víctimas de la crisis por la que atraviesa el país. Recientemente culminó uno de los peores años escolares, según afirmaciones del director nacional del colegio de profesores, Frank Andrade.
Esta condición lamentable se evidencia no solo en la deserción estudiantil y de profesores, quienes tuvieron que migrar del país por las dificultades económicas que diariamente viven, sino que también se nota en la infraestructura de los centros estudiantiles del país.
Específicamente, en Barquisimeto, se puede detallar cómo las escuelas y liceos están en condiciones realmente deplorables. Teniendo fachadas sumamente dañadas y sucias. Las «áreas verdes» de las casas académicas suelen estar repletas de maleza y desperdicios, quitándole «el color» de lo que sería un buen ambiente para impartir clases.
¿Cómo puede tener un buen y sano proceso educativo un niño y/o joven en centros académicos tan dañados, contaminados y con sus instalaciones a punto del colapso?
Según la profesora Hilda Peña, el Sindicato de Maestros corroboró que hay al menos 63 entidades educativas en el estado Lara que no están en condiciones para ser utilizadas para impartir clases, pero aún así, el Estado no hace nada para repararlas y las sigue utilizando y forzando para que se den clases.
Luego de una visita de el equipo de elimpulso.com a algunas escuelas y liceos de la ciudad, se detalló que existen «montañas» de pupitres dañados, amplios sectores repletos de escombros y un sin fin de huecos en las infraestructuras, que no solo dañan la fachada sino que son sinónimo de inseguridad para los niños, jóvenes y profesores que estén allí presentes.