Cual escenario de película de terror lucen las instalaciones del parque que más tuvo vida en el municipio Palavecino; y causa pesar ver en ese estado lo que hace menos de una década se inauguró como el centro deportivo y de recreación de mayor envergadura en la zona metropolitana Barquisimeto – Cabudare.
Ahora está totalmente desmantelado y sin espacio alguno para que una persona racional se atreva a atravesarlo por esparcimiento o deporte.
Todo está destruido y el monte se va incorporando a los barrotes que alguna vez sirvieron de protección para las canchas, más de la mitad de la cerca perimetral ya no existe y del engramado artificial no quedan más que vestigios.
Es imposible identificar la cancha de voleibol de playa; en las de basquet, futbolito y tenis solo queda la malla de protección que también está rota y no protege nada. Porque no hay nada que proteger.
La pista de trote, las barras paralelas, multifuerzas y el parque infantil que alguna vez tuvo arena, ahora están consumidos en la maleza. De la cerca perimetral hecha con vigas de metal quedan solo pocos tramos y las edificaciones para uso administrativo, baños y servicios sanitarios ostentan grandes boquetes por donde se robaron todos los implementos internos.
El alumbrado también fue robado junto con los transformadores y cables.
Toda una muestra de olvido gubernamental municipal, regional y nacional.
Los vecinos de las urbanizaciones Valle Hondo, Villas Tabure y La Ribereña, quienes fueron los más asiduos a estas instalaciones lamentan que se hayan perdido estos espacios que sin importar el tinte político, son dignos de conservar.