Cuando un tema está en la palestra de la opinión pública, procuro no dejarlo pasar y así presentar una reflexión que trascienda los pensamientos y la vida de los venezolanos, familiares y amigos que tienen la bondad de leerme. Y el cumpleaños del Libertador Simón Bolívar es una ocasión propicia. Pero de ninguna manera tocaré el tema político, sino más bien espiritual, que es lo que más necesitamos en estos tiempos borrascosos que estamos viviendo
Comenzaré hablando acerca del grave problema que afrontó una parte numerosa del pueblo judío en los tiempos de Jesús. Sobre todo, los líderes religiosos. Quienes siempre esperaron un libertador político, muy lejos del que sería el verdadero Libertador. O sea, el Mesías Salvador. Nuestro Señor Jesucristo. Nunca entendieron aquellos, que el Señor los escogió para que fueran un ejemplo de fidelidad al Dios Eterno. Su insignificante origen fue utilizado por Dios para convertirlos en una nación próspera, triunfadora y poderosa, mientras obedecían las normas, directrices y mandamientos dados por él. El Altísimo peleaba por ellos sus batallas. Pero, por poco tiempo lo reconocían y enseguida lo olvidaban. Dios permitía entonces, sufrieran las calamidades, se arrepentían, suplicaban, clamaban. Entonces, ese Dios de amor y misericordia, les libraba de sus opresores.
La esencia de la existencia de este pueblo era mostrar las bondades y prestigio de su Dios. Su presencia en el planeta estaba ligada a una realidad espiritual y teológica, la cual debía mostrarse al mundo conocido. Pero ellos olvidaron eso y centraron sus anhelos en un cambio de poder pero político. Anhelaban un rey, un gobernante un mandante político. ¡TRISTE!. Es posible que hoy, en la mente de profesos cristianos, esté fluyendo estos mismos anhelos también.
Ciertamente no podemos negar, que así como aquellos cristianos contemporáneos con Jesús necesitaban librarse de la dominación cruel y esclavizante del poder romano. Ahora, los cristianos actuales esperan cambie la correlación de fuerzas políticas y venga a nuestro país mejores gobernantes que nos libren de la dominación política que sufrimos. Pero esa, ayer como hoy, no es la libertad o la gesta libertadora que Dios tiene para sus hijos, para los cristianos y para los venezolanos en general.
Si revisamos los sinónimos que Word Refernce Diccionario tiene a la palabra Libertador encontramos algo muy interesante. Lo define como Salvador, Redentor, Defensor, Liberador, Emancipador y Salvaguarda. Y estos calificativos con letras mayúsculas, si se adaptan a nuestro verdadero Libertador que es Cristo Jesús. Quien todavía pelea por nosotros para libertarnos del pecado de la autosuficiencia que nos quita la verdadera libertad. “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud” Gal.5:1.
Los cristianos de hoy en Venezuela y el mundo. Sobre todo de importantes líderes de iglesias deben tener cuidado que sus propias conclusiones no los lleven a engaños poderosos que los ponga, sin darse cuenta, al servicio de Satanás. Con conductas tercas y extraviadas pueden poner en peligro su libertad en Cristo. Por ello, la importancia de estar alerta. “¿No es acaso un milagro que podamos libertarnos de la servidumbre de Satanás? La enemistad contra Satanás no es natural para el corazón humano; es implantada por la gracia de Dios. Cuando el que ha estado dominado por una voluntad terca y extraviada queda libertado y se entrega de todo corazón a la atracción de los agentes celestiales de Dios, se ha realizado un milagro; así también ocurre cuando un hombre que ha estado bajo un engaño poderoso, llega a comprender la verdad moral” Libro. La Maravillosa Gracia. Helen White. ¿Cómo les parece? ¡Hasta la semana que viene por la WEB Dios mediante!
William Amaro Gutiérrez