El año pasado se registraron 37 fallecimientos de privados de libertad en los penales del país, 19 de los cuales se encontraban en Lara.
Pero, en el primer trimestre de este año ya habían fallecido 19 en nuestra entidad federal, lo que constituye ciertamente un número alarmante.
Este fue uno de los detalles que sobre la situación carcelaria expuso la Dra. Beatriz Vento, representante del Observatorio Venezolano de Prisiones, en el foro celebrado en la fundación Universitas, de Barquisimeto.
Entre las enfermedades por las cuales se produjeron esas defunciones en los penales larenses figuran tuberculosis, hepatitis, VIH, Salmonella y paludismo contraído éste por presos trasladados de El Dorado a la capital del estado.
Otro aspecto que se debe tomar en cuenta es que cada vez que se presentan problemas en los centros de reclusión, los privados de libertad son trasladados a penales de diferentes regiones, sobre todo a El Dorado, Tocorón, Coro, Villa Hermosa (Bolìvar), Tocuyito y Cepella como es conocido el Centro Penitenciario de los Llanos en Portuguesa.
Cabe resaltar que una madre, la esposa o cualquier otro familiar que desee visitar a un privado de libertad que haya sido trasladado de Barquisimeto a El Dorado tiene que pagar 700 mil bolívares para movilizarse. Esta es una cantidad muy elevada de dinero, sobre todo porque hay que tomar en cuenta que los parientes de los presos son en su inmensa mayoría personas de escasos recursos económicos.
Grave crisis
La Dra. Vento indicó que para la población carcelaria son insuficientes los dos penales existentes, motivo por el cual hay reclusos en 27 centros que pertenecen a la Guardia Nacional, Policía Nacional, Policía Estadal y Policía Municipal. Pero estos centros de detención preventiva se han transformado en centros penitenciarios, violando los organismos de seguridad las leyes y los Derechos Humanos.
En esos sitios ninguna persona puede permanecer más de cuarenta y ocho, ya que en el transcurso de ese tiempo debe ser presentado a un tribunal, para que éste ordene la audiencia preliminar. Ninguno de esos pasos se cumple y es así como centenares de personas pasan días, semanas y meses en condiciones infrahumanas, siendo sometidas a castigos severos y privaciones de todo tipo, incluyendo la comida. Otro dato proporcionado por la expositora es que la población penal de Lara tiene un promedio de 24 años de edad, claro está, la mayoría proviene de las barriadas de la capital larense.
