Triple R, tal como era llamado, me concede entrevista en la calle. Dice que su pasión por el teatro la descubre en la Aviación, la Fuerza Aérea. El santo de mi devoción -agrega- es san Culillo. Vivió los sucesos del Porteñazo y el Carupanazo, donde mueren dos de sus compañeros paracaidistas. Eran los años del intento de magnicidio del presidente Betancourt, rememora.“Hice 15 saltos impecables en paracaídas, en Maracay. Me presenté como voluntario en las FAV”, dice con orgullo.
Rito Ramón cursa estudios en el grupo escolar Ramón Pompilio Oropeza y en el Liceo Egidio Montesinos hasta obtener el tercer año. “Poseo una biblioteca sobre Bolívar” me comenta con muy buena y timbrada voz.
Estudia en Cabimas malariología y vive dos años en el Táchira. También lo hizo en Maiquetía lugar donde comienza a hacer teatro. En 1968 regresa a Carora e ingresa como secretario de la Casa de la Cultura recién creada entonces por Juan Martínez Herrera. Allí monta las obras teatrales La Piñata, de Alarico Gómez y de Anton Chejov El pedido de mano, y Ey quien me oye, de Willian Zaroliani, también Los fusiles de la madre Carrara, El juicio al diablo de Carora, allá por los años 1970. Verdadero teatro de calle, afirma vehementemente.
En medio de risas recuerda que el actor Andrés Sierralta no pudo hacer el papel de sacerdote, pues no se expresaba bien. El papel lo toma Edito Campos bajo la dirección de Joel Suárez. Llevó a don Pío Alvarado a Puerto Cabello, Caracas, al festival folklórico de Lara y a Guanare en su carro, un Renault 12. Con primitivo Reyes jugaba ajedrez, “quien me batió muchas veces” dice en medio de risotadas.
En la Casa de la Cultura redacta 12 boletines en multígrafo. Uno cada mes. Colabora con Numa Rojas en la revista Avance Agropecuario. Sufre con Numa un aparatoso accidente automovilístico permaneciendo 17 día sin conscientes.La Sociedad de Ganaderos paga todos los gastos en la Policlínica Barquisimeto.
Fue secretario del comité de independientes, “el chiripero” del expresidente Rafael Caldera. Columnista de El Diario de Carora de don Antonio Herrera. Redactor de la revista Cebuino Lechero, de Baloncho Álvarez, fue secretario de las Ferias Ganaderas por tres años.
Casado con Encarnación Armas, canaria ella, quien lo acompaña 44 años de feliz vida. Sufre de un ACV en 2004, mientras era secretario del gremio de comerciantes, ACIC por stress laboral. Fue Domingo Perera quien lo recomienda para el cargo.
Pasa sus intensos últimos años caminando por las calles y avenidas conversa con la gente, este diminuto hombre que hizo de William Shakespeare su adoración. Paz a su alma esclarecida.
Luis Eduardo Cortes Riera