Mientras los barquisimetanos padecen los rigores de tener el servicio de agua durante pocas horas al día o a las semanas, las tuberías de aguas blancas en la misma ciudad colapsan y el líquido se desperdicia.
En un recorrido realizado por el equipo de elimpulso.com se evidenció la ironía de cómo se pierde el líquido que tantos ciudadanos necesitan; uno de los más vistosos está en la Plaza Juan Guillermo Iribarren, espacio que otrora brindó esparcimiento y diversión a los barquisimetanos.
Al menos dos meses han pasado desde que la tubería de este lugar se abrió y el agua comenzó a salir. Solo las plantas y el indigente que vive en la plaza agradecen tener esta fuente de agua al descubierto.
Mientras tanto, en la carrera 4 con carrera 1 de la Urbanización del Este inicia un camino caudaloso que culmina dos cuadras más abajo, en la avenida La Concordia, del mismo sector. Habitantes de la zona denunciaron que esta pérdida de agua se registra desde hace poco más de dos meses.
En la carrera 25 entre calles 19 y 20 se abrió una de las tuberías que conducen el agua blanca hacia las casas y comercios de la zona. El bote de agua tiene dos semanas, pero esta situación ocurre justo después de que Hidrolara reparó otro tramo de la tubería a muy pocos metros de ésta.
La señora Reina Pérez, habitante de la zona, indicó que hace aproximadamente un mes la empresa hidrológica reparó la primera tubería, pero esa solución les duró solo dos semanas, pues con la nueva abertura de la tubería, disminuye el caudal de agua que les llega a las 72 familias que conforman la cuadra donde está su casa.
“El bote que ya repararon tenía más de cinco meses y tuvimos que esperar todo ese tiempo para que Hidrolara nos atendiera, ahora quién sabe cuánto tendremos que esperar para que arreglen éste frente a mi casa”, se quejó la ciudadana.
Regresando al este de la ciudad, a un costado del edificio Los Tumeremos, justo en el semáforo cercano al parque Cardenalito se observa esta fuga de agua constante en el tubo, la cual, según vecinos del sector, tiene alrededor de tres meses. Los habitantes de la zona presumen que esta misma tubería tiene agujeros en otros puntos de su extensión.
Los barquisimetanos desesperan cuando de agua se trata, e instan a Hidrolara a tener un poco de condescendencia y ocuparse de estas fugas a la brevedad posible.