…porque hoy más que nunca brillan esplendentemente aureolas de gloria sobre las páginas de la historia, sobre los campos de la libertad y sobre la sepultura de los héroes que nos liberaron de los yugos y cadenas de la esclavitud.
La historia ha sido llamada “Maestra de la vida” y siempre lo será mientras se ciña a la verdad de los hechos, de lo contrario solo será el relato de una conspiración contra la verdad.
Frecuentemente se escuchan emocionadas y justicieras evocaciones al pasado del los pueblos. La música regional como la historia conmueven nuestros delicados sentimientos, igualmente las leyendas, la infancia de los hechos y las cosas; es ella el sentir social, pilar del presente y del porvenir. Es una condensación de hechos de valor histórico que no pueden abandonarse, para que no se pierdan en la memoria, los borre el tiempo ni caiga en las penumbras del olvido.
Obra de paciente estudio es la historia, hay que reconocer su valía a quienes la escriben, sienten fervor al hacerlo y no la abandonan, ellos saben que la civilización, el crecimiento y el avance de la humanidad están en las manos del hombre que la estudia, la investiga, la escribe y del hombre que la lee y la aprende.
Generaciones y generaciones hemos conocido la lucha de los pueblos, el nombre y proezas de los que lucharon en la época de la independencia, los campos de batalla y los que se bebieron toda la época de la violencia.
El aprendizaje de la historia como la enseñanza no puede reducirse solo a memorizarla y a enseñarla. Su principal asunto está en coleccionar las obras de los autores, leerlas, comentarlas y comprenderlas bajo la guía de un maestro que domine la materia que posea abundante información, un criterio amplio y ética profesional, que haga reflexionar e invite el estudiante a disfrutar su lectura no solo basándose en los libros.
La historia es uno de los baluartes de la humanidad, de lo contrario no sería el paradigma que el hombre tiene para enterarse de los acontecimientos pasados y actuales. Sin ella viviríamos en una completa oscuridad. ¿Es real la historia o apenas un asomo de lo que fueron sus hechos? Al comparar los textos que la describen y sus autores, se puede notar incompatibilidad en la versión de unos y otros. Todo esto se debe a la manipulación parcializada y subjetiva con que han sido manejados los sucesos de todas las épocas. De allí la importancia de recoger la información de historiadores veteranos que hayan investigado y recolectado los hechos tal cual ocurrió, porque lo grande de un historiador radica en la indagación y verdad de los hechos exponiéndolos sin manipular lo acaecido.
La historia es el conocimiento de la vida humana que quedaría incompleta si la redujéramos a un solo orden de cosas. Allí se encuentra el conocimiento de los hechos históricos, humanos, políticos, religiosos, artísticos, económicos y filosóficos. Los países nórdicos cuentan con una virtud que a muchos de nosotros nos falta, a despecho de las apariencias ellos guardan enorme respeto, amor a su pasado y a su historia.
El hombre de hoy es el mismo de las edades geológicas, de los tiempos medios y de los modernos, sin que haya cambiado su naturaleza, sus desenlaces y sus posesiones. Por la adhesión somos todos responsables de los sucesos acecidos en nuestro tiempo. Todos contribuimos a su realización activa o pasivamente. Los pueblos se honran a sí mismos y a sus hijos, no olvidando el valor histórico que acumularon con sus hechos en las épocas pasadas y acogen en su regazo hospitalario, como símbolo de gloria al yerto polvo que contienen sus urnas con ritos de amor y gratitud. Las tradiciones son los amados abuelos de nuestra historia.
Somos oriundos de una tierra establecida, con un pasado histórico y un destino que nos marca. Si todo eso se borrara, quedaría borrada nuestra condición humana (Álvaro Mutis)
La importancia de la historia radica en el hecho de que al entender lo sucedido en el pasado y la situación actual, podemos adivinar lo que vendrá, entender lo que debemos evitar y podemos mejorar en estos momentos de crisis económica, política y moral, de efervescencia, de cambio y esperanzas de los que la amamos, la respetamos y estamos dispuestos a defenderla de las suciedades que ya la manchan vergonzosamente.
…Porque hoy más que nunca brillan esplendentemente aureolas de gloria sobre las páginas de la historia venezolana, sobre los campos de batalla y sobre la sepultura de los héroes que nos liberaron de los yugos y cadenas de la esclavitud..
Nosotros seguimos como protagonistas de este momento, luchando contra la nueva tiranía, a la vez escribiendo nuestra historia, para que la conozcan y nunca repitan errores ni horrores las venideras generaciones.
Amanda Niño de Victoria