La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) aseguró que el ejercicio del periodismo en el país se ha visto duramente cuestionado por los constantes ataques que ha sufrido en los últimos años.
A través de un comunicado la Comisión Episcopal de comunicación de la Conferencia Episcopal invitó a todos los periodistas venezolanos a manifestar con trabajo y dedicación lo que esta loable profesión realiza en medio de las dificultades, Informar.
A continuación el comunicado completo:
Desde la Comisión Episcopal de comunicación de la Conferencia Episcopal Venezolana queremos enviar un saludo a todos los periodistas en su día, pidiendo al Señor que la labor que realizan sea un instrumento de construcción, un factor de bien común, un acelerador de procesos de reconciliación, que sepan rechazar la tentación de fomentar el choque con un lenguaje que sople sobre el fuego de las divisiones, y más bien favorezca la cultura del encuentro.
Celebrar el día del periodista, en la actual situación que vive Venezuela, es una invitación a manifestar con trabajo y dedicación lo que esta loable profesión realiza en medio de las dificultades, Informar.
En Venezuela, el ejercicio del periodismo se ha visto duramente cuestionado por los constantes ataques que ha sufrido en los últimos años; agresiones, acoso, robo y destrucción de equipos, restricciones de cobertura, censura a medios, detenciones arbitrarias e injustificadas a periodistas de medios nacionales e internacionales, cierre de numerosos medios de comunicación, hasta despidos injustificados, solo por decir la verdad.
Los medios de comunicación y los periodistas como educadores y orientadores de opinión tienen una responsabilidad histórica. La búsqueda incesante de la verdad y del bien común debe guiar toda acción. Las denuncias valientes y documentadas, la confrontación de fuentes informativas y la investigación a fondo, serán el mejor soporte para esta lucha sin cuartel. “Sólo un público bien informado opina inteligentemente”, dice un viejo adagio periodístico, cuyo contenido obliga a reflexionar sobre la inmensa responsabilidad de los periodistas y medios de comunicación como educadores y formadores de opinión.
En medio de la censura que se vive hay que marcar la diferencia, el periodista de alguna forma escribe el primer borrador de la historia, a través de la construcción de la agenda de las noticias e introduciendo a las personas en la interpretación de los eventos, sean portavoces de esperanza y confianza en este momento.
Esto debe ser motivo para seguir haciendo del periodismo la memoria de todas las voces, la de una tarea sagrada ejercida con la conciencia de que a los periodistas se les confían los medios de comunicación para el bien de todos, especialmente para el bien de los más débiles y desprotegidos de la sociedad. Por ello es apremiante en todo momento un periodismo que sirva a la verdad y a la dignidad humana.
En el ejercicio del periodismo la voz libre y responsable es fundamental para el crecimiento de toda sociedad que quiera llamarse democrática. La sociedad tiene necesidad que el derecho a la información sea escrupulosamente respetado junto al derecho de la dignidad de toda persona humana involucrada en el proceso informativo, sin que nadie sea dañado en ausencia de reales indicios de responsabilidad.
Se hace necesario construir un periodismo, aún en medio de los momentos más difíciles, sobre los pilares del amor a la verdad, la profesionalidad y el respeto a la dignidad humana, un periodismo que supere lemas e ideologías y ponga siempre en el centro de la noticia la persona y su dignidad, un periodismo con informaciones libre de intereses parciales que construya, día tras día, caminos de integración”
Los periodistas responsables son más necesarios hoy más que nunca y es un deber de justicia reconocer y valorar el mérito de un trabajo que llega en ocasiones hasta el sacrificio de la propia vida.
El Papa Emérito Benedicto XVI escribía en el año 2008 “es necesario preguntarse si es sensato dejar que los medios de comunicación se subordinen a un protagonismo indiscriminado o que acaben en manos de quien se vale de ellos para manipular las conciencias. ¿No se debería más bien hacer esfuerzos para que permanezcan al servicio de la persona y del bien común, y favorezcan «la formación ética del hombre, el crecimiento del hombre interior»?
El Papa Francisco hizo una fuerte y verdadera afirmación “La comunicación calumniosa es el inicio de las dictaduras”. “Las dictaduras, todas, han comenzado así, con adulterar la comunicación, para poner a la comunicación en las manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin escrúpulos”
El estado en primer lugar ha de promover y proteger la libertad de los ciudadanos y garantizar la libertad de información así como el derecho de estar informado (Communio et Progressio 86-87). El pluralismo de opinión y la comunicación son elementos fundamentales de una verdadera democracia. La información no es una mercancía, ni un medio de propaganda sino un bien social en beneficio de la persona y la sociedad. Los periodistas son perseguidos y señalados en Venezuela por defender con convicción la verdad, se quiere ejercer todo tipo de presiones para manipular y mutilar la información, lo que representa un atentado a la dignidad de los derechos fundamentales del ser humano.
La libertad de la información en verdad y en sinceridad es un derecho universal, inviolable e inalienable, un derecho natural. (c.f. encíclica Pacem in Terris). Es un bien precioso y un factor de progreso para el ser humano y para la democracia de un país.
Que María de Coromoto les bendiga y guie sus pasos en la noble vocación del periodismo a la que han sido llamados para ser portavoces de la verdad, la esperanza y la confianza en nuestra Venezuela.