El año escolar venezolano llegó a su etapa final después de atravesar por múltiples percances que van de la mano con las diversas problemáticas que existen a nivel social y económico en el país.
El director nacional del colegio de profesores, Frank Andrade, manifestó al equipo de elimpulso.com que este «ha sido el año escolar más irregular que se ha presentado en los últimos veinte años».
Detalló que desde los inicios del 2019, los profesores duraron casi 100 días en la calle presionando al régimen de Maduro para exigirles que los docentes tuviesen un salario digno con el cual se sintieran respaldados a la hora de impartir sus respectivas clases.
En esta presión de los profesores, se pedía que pudieran tener un salario de al menos 500 dólares, con los cuales pudieran cubrir todas las necesidades económicas en el país, por esta razón, los profesores no acudieron a las aulas a lo largo de esos 100 días.
Por ende, Andrade mencionó que estos días «fueron perdidos» y los alumnos no pudieron tener las clases que corresponden para tener el conocimiento y así pasar al siguiente año, pero a pesar de ello, fueron pasados simplemente por «compromiso o la asistencia».
Aclaró que las problemáticas parten desde el régimen chavista, que ha llevado al país a la miseria y un estado sumamente crítico, donde el sector académico no puede escapar, sino que por el contrario, se hunde con él.
Ante esto, precisó que son muchos los profesores y estudiantes que han migrado de Venezuela a otros países a buscar mejores oportunidades. «En el caso del Liceo Creación Séptima habían de 80 a 86 profesores, pero en la actualidad tan solo quedan 35 docentes«.
Andrande mencionó que la falta de energía eléctrica, de comedores, de transporte, de dinero para los desayunos, en síntesis, de la mala gestión del régimen chavista, son los responsables de un año académico «prácticamente perdido».
Dijo que el mejor ejemplo de la incompetencia chavista es Aristóbulo Isturiz, quien ha estado expresando a través de sus redes sociales que el año escolar ya cerró por completo, incluso cuando la zona educativa exige que los docentes cierren el 30 de julio.