Cuatro días han pasado desde la desaparición del cuerpo de Ángel de Jesús Montes De Oca Aranguren, niño que falleció el pasado martes 11 de junio en el área de neonatología del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp).
Tras el hecho surgieron varias hipótesis. La primera, manejada por los trabajadores del depósito de cuerpos del centro asistencial, quienes presumen que el cuerpo del bebé fue llevado accidentalmente por una unidad de desechos patológicos. Mientras tanto, los familiares temen que la desaparición tenga cierta relación con el robo o tráfico de niños.
Ángel Montes de Oca, papá del infante, contó para elimpulso.com que la directora del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, María García Lara, le dijo a la familia este lunes 14 de junio que “debían esperar que la ley haga su trabajo”.
“Lo primero que nos dijo la directora al momento de hacer la denuncia, fue que a mi hijo posiblemente se lo habían llevado con los desechos. Hoy, después de dar declaraciones a los medios, nos indicó que debemos esperar que la ley haga su trabajo. Esto es terrible lo que estamos viviendo como familia. No tiene nombre”, manifestó Ocanto con pesar.
Calvario familiar
Días antes de la desaparición el infante, Montes de Oca tuvo que viajar a la ciudad de Medellín, Colombia, para costear la atención médica y el tratamiento que requería su hijo, quien padecía osteogénesis imperfecta (o huesos de cristal).
Se conoció que el niño falleció la noche del pasado martes 11 de junio y posteriormente fue trasladado a la morgue aproximadamente a las 6:00 de la mañana del día miércoles.
El encargado de guardia, identificado como Edickson Barreto, recibió el cadáver del niño y lo colocó en un refrigerador con un papel que los mismos familiares escribieron.
Dos días después (el viernes 14 de junio), Ángel Montes de Oca, regresó a Barquisimeto y cuando fue a retirar el cuerpecito de su bebé para darle cristina sepultura, uno de los trabajadores de la morgue le indicó que el cadáver de su hijo no estaba.
Barreto confesó que uno de sus compañeros le notificó que una unidad de desechos patológicos llegó hasta el lugar y no sabían si allí se llevaron al bebé.
Los padres del niño reclaman una respuesta inmediata de parte de las autoridades para dar fin a este calvario y dar cristiana sepultura a su pequeño bebé.