Los larenses nunca pensaron que con la llegada de los pupilos de la revolución al poder, los problemas en la entidad se agravarían. ¡Juntos es posible! Dijo Luis Jonás Reyes durante su campaña electoral, mientras Carmen Meléndez prometió que llegaría la “esperanza”. Ambos eslogan quedaron solo en palabras.
Lidiar con la escasez masiva de agua, electricidad, aseo urbano, transporte público, efectivo, internet y gasolina, se ha vuelto parte de la cotidianidad para quienes aún resisten el calvario propinado por la “revolución socialista”.
El vital líquido es uno de los mayores dolores de cabeza de los nativos de esta región. La falla persiste desde hace aproximadamente 10 años, pero desde que llegó el chavismo al mando, la crisis se acrecentó.
A esta problemática se le une el denominado “plan de administración de carga” o racionamiento eléctrico. El cronogramas no se cumple; hay sectores del estado Lara donde la electricidad la cortan por más de 15 horas.
Y como si no fuera tanta tragedia junta, Carmen Melendez junto a su gabinete gubernamental, por orden presidencial, decidieron racionar la gasolina donde los conductores solo podrán surtir 30 litros de combustible a su vehículo. La medida supuestamente responde a controlar el contrabando de extracción que azota al país y el “bloqueo económico” que sostiene Estados Unidos a Venezuela.