En noviembre de 1894, la revista cultural El Cojo Ilustrado, dio a conocer la singular belleza del templo principal de Quíbor, un pueblito cercano a la ciudad de Barquisimeto, destacando en su fotografía y texto que acompañó la nota, una calidad artística y literaria, poco conocida en la Venezuela de finales del siglo XIX.
“Gran parte de nuestros lectores conocerá muy poco o nada que se relacione con algunas ciudades o pueblos de la República. Creemos pues, que les será interesante tener de vez en cuando vistas y datos que den alguna idea del Interior”.
En la reseña El Cojo Ilustrado da cuenta de las características técnicas de la iglesia parroquial de Quíbor, la cual mide sesenta varas de largo por treinta de ancho y fue construida bajo la iniciativa del señor Pro. (Presbítero) Dr. Aguedo Felipe Alvarado, con limosnas de los fieles de aquella ciudad y de muchas personas de los distritos vecinos. El Pro. Dr. Alvarado es sacerdote ilustrado, progresista y muy querido en aquellas comarcas. La bendición del templo.
Revela la publicación que la iglesia fue bendita en 1882, por “el Illmo. (Ilustrísimo) Señor Diez”. En su interior hay muy bellas y costosas imágenes; solo el trono de Nuestra Señora de Altagracia costó poco más de seis mil bolívares.
“Acaba de ser dotado el templo con una hermosa custodia y un precioso cáliz que importaron veinte mil bolívares. La campana es de gran sonoridad; los repiques se oyen en un radio de seis leguas: su valor fue de cinco mil bolívares. El cura actual es el Pro. Dr. Colmenáres, sacerdote también muy estimado en la localidad”.