La crisis en el país solo se empeora cada día. Estamos cada vez más cerca de un colapso que Maduro y su combo no podrán controlar. Ya vemos como en lo que va de año, hemos sufrido apagones generales, cortes de agua, crisis en los servicios, y hoy vemos colas para la gasolina que amenaza con poner aún más difícil el trasporte de alimentos en todo el país.
Desde la Asamblea Nacional hemos puesto todo nuestro esfuerzo para conseguir soluciones y salidas a todos los problemas de los venezolanos. Luego de un arduo trabajo, y a pesar de la negativa de Maduro, logramos coordinar con la comunidad internacional el envío de alimentos e insumos en forma de Ayuda Humanitaria para atender a las poblaciones más vulnerables. Llevamos adelante la propuesta del Plan País para construir lineamientos y acciones que puedan corregir las malas políticas que nos han hundido en esta crisis.
Pero nuestro mayor esfuerzo está concentrado en conseguir una salida definitiva y sostenible a la profunda crisis política e institucional que tiene Venezuela. Para nosotros, la restitución de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y su estricto cumplimiento debe ser el norte que nos oriente para que sean respetadas las competencias de la Asamblea Nacional, y el correcto nombramiento del resto de los titulares de los poderes públicos.
Hoy llegamos a esta crisis porque no hubo elecciones y porque se ha violado la Constitución. Desde el 2015, Nicolás Maduro no sólo ha desconocido al parlamento venezolano, sino que ha designado a dedo, sin cumplir la más mínima forma, a magistrados, rectores y fiscales, contralores y defensores del país. Con estas conductas, llegamos al inicio de un nuevo período presidencial sin que haya habido un proceso electoral apegado a las leyes del país, y por eso hoy la Presidencia de la República no tiene un titular y la Asamblea Nacional tuvo que asumir las responsabilidades del Ejecutivo Nacional.
La ruta planteada desde la Junta Directiva es clara, cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, ya que es mediante un proceso electoral con la participación de todos, con árbitros electorales imparciales, sin inhabilitaciones, y con la observación internacional, que podremos alcanzar una salida a la terrible situación que vivimos los venezolanos.
Por eso, nosotros siempre hemos insistido en que la salida siempre debe ser electoral, pacífica, democrática y constitucional. Unas elecciones apegadas a la Constitución deben dar las suficientes garantías para que el ganador tenga el reconocimiento de todos los sectores que le permita gobernar para el país, y que se reconozca a todos los sectores como un verdadero Estado Social de Justicia y Derecho como lo consagra la carta magna.
La salida para nosotros es clara, y es que el camino planteado termina con unas elecciones libres y luchar por unas condiciones electorales debe ser el trabajo de todas las personas que deseamos un cambio por el bienestar y el futuro de nuestro país.
Stalin González