China dejó el jueves abierta la posibilidad de reanudar el diálogo comercial con Estados Unidos, pero criticó duramente la restricción al acceso de tecnologías afirmando que ello perjudicará las cadenas internacionales de suministro.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Lu Kang declaró que Beijing espera reanudar el diálogo que fracasó hace pocos días luego que Washington aumentó los aranceles sobre productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares, pero sólo si se hace bajo condiciones justas.
«China está abierta al diálogo, pero para que un diálogo sea significativo debe haber honestidad», declaró Lu a periodistas. «Un acuerdo de beneficio mutuo debe estar basado en el respeto muto, en la igualdad y en las ventajas compartidas”.
Las dos mayores economías del mundo han estado enfrentadas desde el año pasado, cuando el gobierno estadounidense anunció que impondría extensos aranceles sobre las importaciones chinas a fin de reducir el déficit comercial, y obligar a China a tomar medidas ante acusaciones de que obliga injustamente a las empresas estadounidenses a compartir su tecnología. El país asiático respondió imponiendo sus propios gravámenes.
La disputa ha estremecido a los mercados financieros mundiales, que caen cada vez que se agravan las tensiones y repuntan cuando se vislumbra una posibilidad de reconciliación.
En su intento de recabar respaldo para sus argumentos en la guerra comercial, China está denunciando enérgicamente la decisión estadounidense de imponer controles a las exportaciones de chips de computadoras y otros componentes electrónicos.
La medida, diseñada para afectar a empresas chinas de telecomunicaciones como Huawei, perjudicará la cooperación mundial en ciencia y tecnología y “ha dañado los intereses vitales de entidades y países relevantes”, dijo Lu.
Un portavoz del Ministerio de Comercio de China denunció que Estados Unidos está “usando su poderío nacional para inhibir a las empresas chinas”.
Ello “no sólo perturba gravemente la cooperación entre las entidades de los países, sino que amenaza gravemente la seguridad de la cadena de suministros mundiales”, dijo el vocero, Gao Feng, a periodistas.
El gobierno estadounidense acusa a Huawei de usar sus equipos para el espionaje en beneficio del gobierno chino y de ser una amenaza a su seguridad nacional. Como resultado, Estados Unidos y algunos países aliados han suspendido su cooperación con esa compañía china.
El miércoles, las empresas británicas EE y Vodafone, y las japonesas KDDI e Y! Mobile anunciaron que por ahora no lanzarán al mercado los smartphones de Huawei, incluso algunos que pueden usarse con tecnologías de nueva generación, debido a la incertidumbre sobre la integridad de tales dispositivos.
A medida que se agrava la disputa, perjudicando a los fabricantes chinos y causando incertidumbre entre los inversionistas, Beijing ha estado lanzando una campaña para convencer a la opinión pública tanto a nivel nacional como internacional.