Cuando en cualquier universidad del estado Lara se habla de historia, el referente obligado es el doctor Reinaldo Rojas. Presenciar una conferencia del catedrático en cuestión es sumergirse en el pasado, pero no ese pasado latoso y aburrido contado por profesores que el común evita. Propios y extraños aplauden de pie sus clases magistrales.
Hoy Lara y Venezuela en general se regocijan al conocer que el doctor Reinaldo Rojas fue nombrado Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia, un sitial de honor ganado con sobrados méritos.
La noticia se filtró en un tuit del reconocido historiador Tomás Straka, -también digno representante de la máxima institución que resguarda nuestro pasado-, que exaltado con la buena nueva, dejó destilar la información con perceptible regocijo. Carlos Giménez Lizarzado, antiguo discípulo de Rojas, también escribió varios mensajes a sus cercanos, revelando con júbilo el magnífico acontecimiento, y hasta una llamada desde Cabudare hasta Washington DC, efectuó para detallar la incorporación de Rojas como nuevo custodio de la historia con un sillón dentro del Palacio de las Academias.
Rojas es profesor titular jubilado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Barquisimeto. En 1992, ganó el Premio Nacional de Historia, en 1995 obtuvo el Premio Continental de Historia Colonial de América “Silvio Zavala” de México y en 2004 el Premio a la Labor Investigativa de la UPEL.
Es autor de numerosas obras de investigación como El 19 de Abril de 1810; Historiografía y Política sobre el tema bolivariano; La Economía de Lara en Cinco Siglos; Entre Rieles, historia del Ferrocarril en Venezuela; El Régimen de la Encomienda en Barquisimeto en el tiempo histórico colonial; Temas de Historia Social de la Educación y la Pedagogía; La Rebelión del Negro Miguel y otros estudios de Africanía; Federico Brito Figueroa, maestro historiador; Fiesta, imaginario político y nación y su obra cumbre: Historia social de la Región de Barquisimeto en el Tiempo Histórico Colonial 1530-1810, editado por la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia en 1995, entre otras muchas obras consecuencia de sus rigurosas investigaciones y voraces lecturas de documentos antiguos escudriñados en los archivos más importantes.
Inciso. Enhorabuena. El estado Lara cuenta desde ahora con un nuevo Individuo de Número que custodiará los papeles testigos del tiempo.