Para recordar:
“Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado…”
(Mateo 13:15)
Según el diccionario de Google, la sensibilidad es: 1) Capacidad para percibir sensaciones a través de los sentidos, o para sentir moralmente… 2) Capacidad o propensión natural de las personas a emocionarse ante sentimientos como el amor, la ternura o la compasión… y siempre (‘la gente´) llora cuando ve imágenes de alguien ‘que caen en desgracia’ en la televisión». Entonces, la insensibilidad es todo lo contrario.
Por su parte, Salas, J.B., (autor de Retacitos, en el diario EL IMPULSO), dice: “Son verdaderamente dramáticos los testimonios que están dando a conocer algunos médicos del HCUAMP de Barquisimeto, a través de las redes sociales, al ver impotentes cómo se mueren los pacientes por falta de insumos… Mientras tanto, en el alto gobierno, la insensibilidad es total, siguen insistiendo en que en el país no está pasando nada…” (www.tenemosnoticia.com, 07/04/19).
De la misma manera, la Conferencia Episcopal Venezolana, se pronunció de la siguiente forma: “Pareciera que la calidad de vida del venezolano no es la prioridad de quienes nos gobiernan, pues son insensibles ante tanto dolor, sufrimiento y muerte… También, pidió al gobierno y a la oposición que escuchen al país y que busquen soluciones a las necesidades del pueblo” (www.el-nacional.com, 19/03/18).
Todo lo anterior ha hecho multiplicar las protestas. Y tristemente, a pesar que la mayoría de ellas muestran un camino pacífico, lamentablemente o generalmente son reprimidas violando numerosos derechos humanos; aunados a la participación de colectivos, la insensibilidad que manifiestan los seguidores gubernamentales, quienes aparentan que no los afecta en mínimo, pero si los perjudica. Actúan como ciegos y sordos.
Con tristeza, observamos un video (a pesar de la restricción que tenemos para ver, o reproducir imágenes por el estilo) donde mostraban, recientemente en Carúpano, estado Sucre, un enfrentamiento de la fuerza pública contra unos manifestantes. Fue algo brutal (pudiéramos decir de ambas partes). Allí, un funcionario salió muy lesionado, quedando en el suelo en medio de la confrontación y ninguno de sus compañeros, del orden, lo podían recoger. Y vimos a uno de los manifestantes que llamaba a otros a tratar de auxiliarlo, quería ayudar al herido, pero nadie acudía.
No supimos como terminó la historia, sin embargo al ver imágenes como estas, creemos que nos están insensibilizando; acostumbrando; están cauterizando nuestro cerebro, hecho demostrado cuando hay quienes colocan cuadros dantescos de personas fallecidas y casi escuchamos voces diciendo: “¡Se lo merecía”. “Así te tocaba morir”!, etc.
Bien lo dijo Jesús: “… este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado…”. Estas palabras fueron dirigidas al pueblo de Israel (aplicables hoy) y los dirigentes de aquel entonces se habían vuelto insensibles al dolor, a la muerte, la enfermedad, a la miseria y eran incapaces de ayudar a su propio pueblo. Fue tan aberrante esa conducta, que llevaron a Cristo, el Salvador del mundo, a morir en cruz.
El verso bíblico de Mateo 13:15, termina: “Para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. Es decir, el único que puede sanar y quitar al vil, a la escoria, es Jesús. Pero, todos debemos saber que Dios no es el culpable de lo que ha pasado o está pasando en el planeta.
Pudiéramos tratar de cambiar la mente de los apoyan lo indefendible, pero Dios es quien tiene el poder para hacerlo. Tampoco, podemos confiar más en seres humanos finitos, que en Dios mismo. Dice en la Biblia: Que debemos buscar a Dios “mientras pueda ser hallado” y llamarle “mientras esté cercano”. (Isaías 58: 6-8).
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.com