El Liverpool consiguió una nueva hazaña histórica en la Champions League, luego de remontar la serie de semifinales contra el Barcelona, la cual perdían 3-0, y terminar clasificando al ganar en condición de local 4-0 (3-4 global).
Lo majestuoso de esta hazaña del club inglés no se destaca simplemente por el resultado, el cual ya es notorio, sino que este lo consiguen luego de tener dos bajas sumamente sensibles para el equipo, como lo son sus estrellas, el egipcio Mohamed Salah y el brasileño Roberto Firmino. Además, de que tan solo dos días antes, se minimizaron sus posibilidades de ser campeones de la Premier League, incluso al tener una temporada extraordinaria.
Pese a ello, el técnico alemán, Jürgen Klopp, pudo animar a sus jugadores para que tuviesen una «noche mágica» en la Champions League, y poder revertir -ante todo pronóstico- un resultado muy difícil ante el Barcelona de Lionel Messi, el cual había maravillado al mundo en la ida de esta serie que se disputó en el Camp Nou.
Los héroes de la noche para el Liverpool fueron unos nombres poco peculiares, el delantero belga Divock Origi y el mediocampista holandés Georginio Wijnaldum, cada uno marcando dos goles, que fueron fundamentales para esta remontada.
La hinchada inglesa «explotó» en emoción con el cuarto gol de su club, el segundo de la cuenta personal de Origi, luego de una jugada atípica pero fascinante por parte del lateral inglés Trent Alexander-Arnold quien amagó como para dejar que un compañero cobrara un tiro de esquina, pero de forma veloz se devolvió, centró y se conectó con Origi quien marcó el tanto definitivo para la clasificación del Liverpool.
De esta manera, los dirigidos por Jürgen Klopp disputarán por segundo año consecutivo una final de Champions League, luego de enfrentar al Real Madrid en Kiev y perder 3-1.