Un auténtico polvorín se convirtió las calles de Barquisimeto durante los días martes 30 de abril y miércoles 1 de mayo. Una guerra que se libró entre los organismos de seguridad y las personas que decidieron darle el apoyo a la Operación Libertad promulgada por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, para ponerle fin al cese de la usurpación de Nicolás Maduro.
Durante la brutal represión, los periodistas y reporteros gráficos que Barquisimeto fueron objeto de blanco por parte de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), oficiales de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y los denominados colectivos, aliados al régimen de Nicolás Maduro.
El fotógrafo del diario El Informador, Julio Colmenares, recibió perdigonazos a quemarropa por parte de una funcionaria de la FAES durante la manifestación que se produjo en la calle 54, al oeste de Barquisimeto.
Por su parte, el comunicador social independiente, Yorvi García, fue agredido por civiles dentro una vivienda donde intentó resguardarse de la persecución de colectivos en la avenida Carabobo. Un chaleco que lo identificaba como prensa fue la causa del ataque.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) documentó 16 ataques al derecho a la información durante la jornada periodística del 30 de abril con la afectación de 14 periodistas y trabajadores de medios y de tres medios de comunicación que fueron sacados del aire, mientras que en la jornada del 1 de mayo contabilizaron 11 agresiones a la libertad de prensa.
El Colegio Nacional de Periodistas condenó los actos de represión y maltrato hacia la ciudadanía, los periodistas, reporteros y profesionales de la comunicación y exigió a las autoridades respeto y resguardo a la labor fundamental del Periodismo.