Para recordar:
“Pero ellos darán cuenta a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos”
(1ª Pedro 4:5)
Quien escribe, cada habitante del planeta, absolutamente todos, daremos cuenta de nuestros actos, por quien va a “juzgar a los vivos y a los muertos”, que es a saber: Jesucristo, según el texto bíblico de hoy.
Por otro lado, no tenemos tiempo de hablar de las “buenas” o las “malas” acciones de los funcionarios que han administrado nuestro país, por un lapso de veinte (20) años. Pero algunos personeros, en lugar de reconocer sus errores o recapacitar, andan diciendo que la mala situación, el hambre, la salud, injusticias, la crisis humanitaria de Venezuela, se debe a los efectos del bloqueo ¿Es eso correcto?
Para poder ilustrar nuestro caso de hoy, pensemos en un chofer irresponsable que decide manejar su automóvil totalmente ebrio y por su bravuconada brutal y peligrosa, obliga a su familia montarse en dicho vehículo. Los pobres, como desventurados ovejos no pueden eludir la acción y se suben al carro pensando en que pude ser su último día. No obstante, de alguna forma tienen que hacer algo para detener al borracho que los representa.
Conductas parecidas ocurren en nuestro país con gobernantes que han hecho lo malo ante Dios y los hombres (incluye a la mujer). Como consecuencia, suceden escaramuzas una y otra vez, para tratar de cambiar la grave situación.
Volviendo a la historia, como había de esperarse, el malvado chofer ocasiona un trágico accidentes junto a su familia: 1) Choca contra otro carro, ambos quedan inservibles; matando del otro vehículo, a tres persona de un mismo núcleo familiar. 2) En el choque muere su esposa y su hijito, quedando vivos él y su hija. 3) Le causó daños a la nación, porque tumbó un poste de alumbrado público.
En fin, ya en la cárcel se le hace un juicio, se le imputan suficientes cargos por los errores e infracciones cometidas que lo mantendrían encerrado por varios años. No obstante, altanero y sin dar muestra de arrepentimiento dice: “Las autoridades la tienen agarrada conmigo”. “No tienen derecho a quitarme la licencia”. “Así no puedo terminar de criar a mi hijita”. “He perdido todo lo que tengo”.
Preguntamos: ¿Tiene razón este irresponsable de vociferar en contra del Sistema legal; jueces y abogados, dada su mala conducta? ¿Acaso, el ejemplo del ebrio “conductor”, no se parece a la mala, extrema, pobrísima administración, que se en vive Venezuela y como consecuencia los efectos del bloqueo? ¿Cómo se hace para que el borracho o el funcionario público entren en razón o se pongan a derecho?
El juicio a la humanidad se está realizando primero en el cielo, esto lo dice la profecía conocida como la purificación del Santuario celestial, o los 2.300 años (Daniel 8:14), antes tocado por nosotros en el año 2010. Por ello no sabemos cuándo nuestros nombres van a ser analizados allí.
Lo que está sucediendo en nuestro país no es culpa nuestra ¿o sí? Y aunque estemos “pasando las de Caín” por los efectos del bloqueo o no, no vamos a ser juzgado por las malas acciones de otros. Como dijimos: Cada quien dará cuenta en el día del juicio (Eclesiastés 12:14); por toda palabra vana u ociosa (Mateo 12:36); por ser malos administradores (Lucas 16:2); por la conducta en general (Mateo 16: 27; 2ª Corintios 5:10).
Para minimizar los efectos del bloqueo del país está Dios, quien se compadece de nosotros, dándonos promesas, pero con ciertas condiciones (Salmos 37:25-37; Deuteronomio 30:15-19). Entonces, escojamos pues el camino a seguir, de acuerdo a estos pactos, y pudiéramos ser librados de las consecuencias del bloqueo, pero ahora universal.
Eduardo Iván González González
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