Si hoy preguntáramos a cualquier venezolano si necesitamos nuevas elecciones, sin temor a equivocarnos encontraríamos una respuesta unánime que dirían que sí. ¡Necesitamos nuevas elecciones!. Y se explayarían en argumentos contundentes que en este artículo no vamos a mencionar, por cuanto sobra en el país quienes lo hagan. Lo que si haremos nosotros, es resaltar la responsabilidad que Dios tiene en otorgar al ser humano lo que popularmente se llama libre albedrío y que consiste en que Ud. y yo tenemos la libertad de tomar nuestras propias decisiones. A hacer nuestras propias elecciones.
Cuando un gobernante no satisface los anhelos de la ciudadanía. Cuando los gobernados se sienten frustrados por la manera de gobernar de quienes detentan el poder político y están hastiados de sus malos procederes, entonces claman a Dios para que use su poder y de alguna manera los quite y coloque a otros de su preferencia. Se olvidan que quienes hicieron la elección fueron ellos.
Las historias bíblicas demuestran que a Dios no le interesa la correlación de las fuerzas políticas que se desarrollan en un país. Está demostrado que ÉL es quien permite que el gobernante de turno gobierne. En eso no debe haber duda. Pero es el individuo quien hace la elección y Dios como máximo demócrata respeta las decisiones personales. Cuando nuestro Creador ungió a Saúl como rey de Israel sabía perfectamente cuál sería el destino de este hombre y de su pueblo. Sabía que la arrogancia y la prepotencia incubada por el pecado en el humano sería su propia perdición. Por ello, diseño un sistema particular para que sus elegidos fueran gobernados por jueces, con directrices establecidas por él y no por reyes como los demás pueblos idólatras. Sin embargo, ese pueblo terco, tozudo y prepotente insistía, “danos un rey”.
“Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos” 1Sam.8:4-7. ¿Cómo les parece? Los israelitas hicieron su elección. Mala, muy mala. Al tiempo, el rey Saúl se suicidó y el pueblo cayó en la mismísima ruina. Pero Dios respetó la decisión de ellos elegir su gobernante
Estas enseñanzas más que una referencia religiosa son lecciones de historia. Nos enseñan que Dios respeta las decisiones de los pueblos a elegir sus gobernantes. Dios no se mete en eso. Mas bien deja el tiempo que ÈL cree necesario al mal gobernante para que los pueblos aprendan que la mejor elección no es política. Los gobiernos son instrumentos de Dios para hacer reaccionar a los hombres que a donde debemos ir no es a otra opción política sino espiritual. A Cristo Jesús.
Mis apreciados, y muchos cristianos que están leyendo esta reflexión lo saben, está más que demostrado, nadie, que haya llevado su vida lejos de las enseñanzas de Jesús hará un gobierno de verdadero beneficio para las grandes mayorías. O sea, cualquier elección que Ud. haga en relación a sus gobernantes no será nunca garantía de nada. Así que, si Ud. es cristiano predique a todos la Salvación, que para eso fuimos llamados.
¡Hasta la semana que viene Dios mediante por la WEB!
William Amaro Gutiérrez
