Las tareas de búsqueda de sobrevivientes y de ayuda para decenas de miles de personas llegaron a su segunda semana desde que el ciclón Idai devastó varias zonas del sur de África.
Elementos de las fuerzas militares indias y surafricanas se han sumado a los grupos de ayuda para el sobrevuelo de tramos del centro de Mozambique en busca de señales de vida y de personas en situación de riesgo.
«Diariamente descubrimos que la destrucción dejada por el ciclón Idai es peor de lo que habíamos imaginado», lamentó Hicham Mandoudi, al frente de la subdelegación en Beira del Comité Internacional de la Cruz Roja, a través de un comunicado.
Nadie sabe cuántas personas continúan desaparecidas. Más de 600 muertes han sido confirmadas en Mozambique, Zimbabue y Malawi. Socorristas afirman que la cifra aumentará conforme bajen los niveles de agua en las zonas inundadas.
La ciudad de Beira y otras comunidades de Mozambique son ahora sedes de campamentos atestados de desplazados, centros tanto organizados como informales. Ante las severas fallas en los sistemas de comunicación a causa del ciclón y la separación de familias en medio del caos, ha sido implementado un programa que busca la reunificación.
«Nos preocupan enormemente las comunidades remotas que quedaron aisladas por las inundaciones y deslaves y que aún no han recibido ningún tipo de ayuda humanitaria”, sostuvo Mandoudi. “Se espera que se registren más lluvias, lo que agravará el sufrimiento de la gente que de antemano lo perdió todo».
El gobierno de Mozambique ha solicitado formalmente ayuda de parte de la comunidad internacional, informó la oficina humanitaria de Naciones Unidas, lo que abre las puertas para más respaldo en las tareas de asistencia.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el jueves que el apoyo a las víctimas de Idai fuera redoblado, subrayando que Naciones Unidas y sus socios humanitarias han aumentado sus tareas de respuesta pero «es necesario mucho más respaldo internacional».