Observo con horror esa tendencia ridícula de los ideólogos de este gobierno que se auto llaman socialista, de comparar su práctica política con el Evangelio de Salvación de nuestro Señor Jesucristo. Tratan, con su política dadivosa, de bonos y bolsas de comida regaladas o muy económicas, imitar a los primeros cristianos enseñados por el Maestro y lo usan como estrategia para propulsar dicha ideología. Han sido capaces de afirmar que nuestro Señor Jesucristo era socialista. Mayor blasfemia en estos tiempos contemporáneos no se ha escuchado.
Se autoproclaman servidores del pueblo y de la comunidad. Esa siempre será la imagen que tratan de mostrar a la hora de buscar votos y aún en sus funciones. Se afanan en presentar una característica en su personalidad cristiano-socialista que no portan, como es la abnegación. Lo que no se dan cuenta es que la verdadera abnegación es el sacrificio espontáneo de la voluntad, intereses, deseos y aún de la propia vida que una persona tiene por otros. Y el mejor ejemplo lo tenemos en la persona de nuestro Dios, Redentor y Salvador Jesucristo. Esta es una característica, una virtud, un don que nunca tendrá esa ideología socialista . Así que por lo tanto a Jesús no se le pueda dar ese calificativo. ¡Por favor!
Si el sacrificio de supeditar los intereses propios y los deseos personales por los demás no es espontaneo, la abnegación no es tal y se convierte en una carga insoportable. Por ello, los políticos, cuando suben a los cargos de poder, por elementales que sean, abandonan lo que habían prometido, por cuanto se torna en una carga insoportable. Solo mirando la obra expiatoria hecha por nuestro Señor Jesucristo será lo que nos impulsará sinceramente y los socialistas lo que destilan es odio por sus adversarios.
Si practicamos la abnegación como producto de las enseñanzas recibidas mirando la cruz del calvario será completamente distinto. Como dice Pablo. “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación”Rom.15:1,2. Y ese, precisamente, es uno de los problemas más serios que tienen los gobernantes actuales, se desviven para agradarse a si mismos y si es posible liquidar al que se opone.
Es la vida de nuestro Señor Jesús la que nos muestra el mejor lugar para practicar la abnegación “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará”Luc.9:23,24. Y el comunista o socialista nunca va a tener en su ideología esa conducta por cuanto su objetivo es “pulverizar” a todo aquel que se le opone.
Meditemos en esta promesa “La entrega absoluta a seguir a Jesús va acompañada de extraordinarias bendiciones. Sobre nosotros se vierte el espíritu de amor abnegado de Cristo, por lo que la negación del yo es el mayor gozo del corazón y el medio por el que llegamos a una comunión más profunda con Dios” Richard O´Fill. ¿Cómo les parece? Hasta la próxima semana por la WEB 1Dios medinate1
William Amaro Gutiérrez