La próxima crisis que se avecina en Venezuela, será por el suministro de gasolina, ya que en estos momentos hay un déficit de 22 millones de litros diarios de este combustible, debido a que las refinerías nacionales están paralizadas y cada día el régimen tiene más dificultades para importar, aseguró el economista y diputado de la Asamblea Nacional, José Guerra.
Explicó Guerra que en estos momentos el Centro Refinador de Paraguaná, con una capacidad de procesamiento de 830.000 barriles de petróleo por día para producir gasolina, kerosén, nafta y diesel, está virtualmente paralizada; la de Puerto La Cruz, con una capacidad de 860 mil barriles, está en las mismas condiciones y de la del Palito con capacidad de 80.000 barriles diarios, tampoco está produciendo.
Mientras tanto, el consumo interno de combustible en el país es de 220 mil barriles diarios y el régimen está atendiendo apenas 82.000 barriles, existe un déficit de 138.000 barriles por día, equivalentes a 22 millones de litros de gasolina al día, agregando que se han venido importando combustible, pagando a 82 dólares por barril, que equivalen a 11 millones de dólares diarios para atender el consumo interno.
Aseguró Guerra que en estos momentos, el Gobierno no está en capacidad de atender un problema que ha sido creado por ellos mismos.
De concretarse estos pronósticos, la situación de la alimentación de los venezolanos, estará seriamente comprometida, debido a que la mayoría de los productos alimenticios que se producen en el campo, son transportados a los centros de consumo en vehículos que consumen gasolina o diesel.
Por otra parte, denunció el parlamentario que el Gobierno sigue extrayendo el oro de las bóvedas del Banco Central, para comercializarlo ya que es prácticamente la única fuente de ingresos que le queda, afirmando que la mayoría de estas operaciones se están haciendo en efectivo, para que no quede ningún rastro de las irregularidades.
Considera que una de las mejores decisiones que ha tomado la Asamblea Nacional, con Juan Guaidó al frente, es la de suspender el suministro de 30.000 mil barriles de petróleo a Cuba, indicando que los cubanos utilizaban internamente 10.000 barriles y el resto lo vendían en los mercados internacionales.
Explicó que los recursos que se obtengan de este petróleo, podrán ser reorientados para atender muchas de las necesidades que tiene el pueblo venezolano.