Probablemente muchos, debilitados al extremo por las circunstancias que les rodean están sufriendo de pesimismo e incertidumbre. El hombre, por su naturaleza caída es un experto en desilusionar y por ende debilitar a sus semejantes. Incluso, a buenos cristianos. Los dirigentes políticos en cargos de gobierno son abanderados de lujo en este renglón. Y Venezuela no escapa a las embestidas del maligno a través de sus agentes gubernamentales. Mas aún cuando por las redes sociales encontramos expresiones tan exactas como esta. “El comunismo te quiebra los pies para luego ofrecerte las muletas”. Cualquier perecido con la realidad que estamos viviendo actualmente no es coincidencia. Es la pura y verdadera realidad.
Sin embargo, Dios desea fortalecernos aún en las peores situaciones. Entonces ¿de dónde vendrá mi socorro?. ¿De dónde vendrá mi fuerza, la fortaleza y la verdadera paz? No vendrá de ninguna otra parte. Ni metafísicos, brujos, imágenes o falsos dioses. Definitivamente el tiempo de ahora es propicio para allegarnos con más decisión a la persona de nuestro Señor, Redentor y Salvador Cristo Jesús.
Hemos oído las duras críticas hechas a profesos cristianos por cuanto los han visto flaquear o dudar de su fe en situaciones similares a las de hoy, pero nadie en este mundo de pecado está exento de sufrir las consecuencias de la debacle social propiciada por el enemigo de Dios en los dirigentes políticos e incluso en muchos líderes espirituales. Y en la Biblia, conseguimos casos emblemáticos que afrontaron situaciones difíciles. Elías, Job, Jacob y el mismo Pablo. Y todos los discípulos murieron de muerte trágica y dolorosa. Pero en medio de la oscuridad del miedo, la incertidumbre y la persecución se aferraron al amor de DIOS, de sus promesas y al final de sus vidas terminaron convencidos que verían la luz resplandeciente de la resurrección ante nuestro Señor Dios.
El ser humano cuando todo va bien es un excelente religioso, fiel y devoto de Dios. Se siente muy bendecido. Alaba, pondera y hasta comenta como Dios le ha favorecido. Pero en momentos de crisis, por lo general, siente que Dios le ha abandonado. Tiende a olvidar que vivimos en un mundo de pecado donde Dios no puede controlar las conductas, actitudes y decisiones erradas, falsas y atroces de las personas sean gobernantes o no, por cuanto somos nosotros quienes tenemos la potestad sobre ellas. Por lo cual estamos expuestos a sufrir sus consecuencias. Dios aspira entonces le seamos fiel en todo momento por duro que este sea. Sin flaquear o vacilar porque al final nos dará la victoria.
El evangelista Charles Spurgeón escribió. “!Oh, hermanos! Sean grandes creyentes. Un poquito de fe llevará sus almas al cielo, pero mucha fe les traerá el cielo a sus almas”. Spurgeón descubrió, que el cielo es vivir de manera permanente en la presencia de nuestro Señor Jesucristo. De nadie más. Nada de imágenes, ni tradiciones. Ciertamente esperamos se cumpla la maravillosa promesa de irnos a vivir al Cielo, pero, depende de nosotros adelantar esa experiencia. Aún en las tristes y lamentables condiciones como vivimos ahora.
Cuando las SAGRADAS ESCRITURAS dicen «Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado» Mat. 3: 2. Se refiere, sin lugar a dudas, a la presencia de Jesús en nuestras vidas. “El reino de Dios no viene con manifestaciones externas. Viene mediante la dulzura de la inspiración de su Palabra, la obra interior de su Espíritu, y la comunión del alma con Aquel que es su vida” Libro. La maravillosa gracia. Elena de White.
El llamado poderoso es a mantener la fe y la esperanza, de que en medio de esta oscuridad que sobrevino a nuestro país hace casi 20 años, las cosas van a cambiar para bien. Veremos la luz pronto.
William Amaro Gutiérrez