La paciencia, según los religiosos, es una virtud cardinal. Y debería serlo también para los no religiosos. Los venezolanos somos impacientes, queremos todo para YA, o para ayer y eso no ayuda…
Vivimos tantos años sin tener problemas, que ahora, que tenemos encima toooodos los problemas del mundo, queremos que se resuelvan ya (esto no aplica para quienes tienen emergencias actuales e inminentes). Pero eso no va a pasar. Este régimen se ha afianzado en tantos pilares, que desmontarlos llevará su tiempo. Aun cuando Maduro se fuera mañana, tomaría tiempo erradicar todos los vicios sobre los que se apuntaló su régimen, y el anterior de Chávez.
“A Guaidó que se ponga las pilas”, me dijo alguien a quien respeto el otro día. Me sorprendió su comentario. ¿Y es que Guaidó no tiene las pilas re-puestas?, pensé… Entiendo la urgencia de todos los que seguimos aquí, pero pedir que esto se resuelva en un segundo es una quimera.
Piensen por un momento en todo lo que tenemos que conquistar: primero, que la FANB se decida a apoyar a la gran mayoría del pueblo. Siguen subyugadas por una minoría corrupta que no le conviene que las cosas cambien. Segundo, el narcotráfico que se ha apoderado de nuestra región. El negocio más próspero del mundo tiene sus tentáculos bien afinados en nuestra tierra. Tercero, las células terroristas. Sabemos que grupos extremistas de todas partes del mundo campean libres por el territorio venezolano. Incluso, están bien documentados casos de adoctrinamiento y sumisión en algunas partes. Cuarto, los irregulares armados. Entiendo que no son tantos cuanto creemos, pero sí son bastantes. Quinto, la minería ilegal que ha penetrado hasta las entrañas de nuestro Amazonas. Y así puedo seguir, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo…
El ciudadano común tiene tres maneras de ayudar a la recuperación de la libertad y la democracia en nuestra patria: la primera, es atendiendo a las convocatorias a las protestas. Hacerse presente y dejar oír su voz. Eso está dirigido básicamente a nuestros militares, que no deben pensar muy distinto que el 90% del país. La segunda es haciendo bien lo que hacen. Cumplir con las leyes, respetar las normas, trabajar. Y tercero, tener paciencia. Es lo más difícil, pero es lo que nos rendirá los frutos que esperamos.
Carolina Jaimes Branger
@cjaimesb