Se cumplen cuatro días desde que comenzó el apagón más grande en la historia de Venezuela. Hasta ahora, Nicolás Maduro y su “ministro” de energía eléctrica, Luis Motta Domínguez, señalan que el país ha sido víctima de «ataques contra el sistema eléctrico».
En la calle se percibe nervios, miedo y angustia. Los venezolanos buscan la manera de saciar la sed comprando o recargando los botellones de agua a cualquier precio que los inescrupulosos coloquen. Se habla de que venden una bolsa de hielo en 3 dólares, una “pipa” de agua en 7.000 mil bolívares y un camión cisterna ronda en 80 dólares.
En Caracas la falta de electricidad obligó a sus habitantes a recoger agua del río Guaire, pese a su nivel de contaminación. En Maracaibo, medios locales reportaron saqueos en varios puntos de la ciudad como La Limpia, Curva de Molina, Delicias y el casco central.
En Barquisimeto, los transeúntes afirmaron que en la concurrida avenida Vargas, los comerciantes vendían la carne y pollo en 3.000 bolívares el kilo para evitar que se dañara.
Por su parte, el diputado ante la Asamblea Nacional José Manuel Olivares, informó a través de su cuenta en Twitter que hasta la fecha se contabilizan 21 personas fallecidas en los hospitales debido al apagón general prolongado en Venezuela.
Es importante mencionar, que desde el jueves 7 hasta este lunes 11 de marzo, solo siete estados, de 23, han logrado restituir el servicio eléctrico.